Brasilia.- La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, declaró hoy luto oficial de tres días en el país en memoria de las víctimas del incendio de este domingo en una discoteca de la ciudad de Santa María que dejó al menos 233 muertos y 106 heridos, informó la Presidencia.
El decreto en el que la mandataria declara el luto oficial en todo el país fue divulgado poco después de que Rousseff llegara a Brasilia procedente de Santa María, en donde visitó a algunos de los heridos y se reunió con familiares de las víctimas.
En la tarde de este domingo ya estaban izadas a media asta las banderas de todas las edificaciones públicas en la Plaza de los Tres Poderes, en la que están las sedes del Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial, y en la Explanada de los Ministerios de Brasilia.
La tragedia obligó a la presidenta a suspender sus compromisos de hoy en Chile, en donde participaba de la Cumbre Celac-Unión Europea, y viajar inmediatamente a Santa María para reunirse con los familiares de las víctimas.
“Quien necesita de mí en este momento es el pueblo brasileño. Le pedí a todos los ministros ayudar en lo que puedan y trasladarse allá y yo también estaré allá”, dijo poco antes de embarcar con rumbo a Santa María, una ciudad en el interior de Río Grande do Sul, estado del sur de Brasil fronterizo con Argentina y Uruguay.
Rousseff, acompañada por sus ministros de Salud, Educación, Desarrollo, Industria y Comercio y Derechos Humanos, se reunió con algunos de los heridos en el hospital de la Caridade y con los familiares de las víctimas en el Centro Deportivo Municipal, el gimnasio al que fueron conducidos los cadáveres para su identificación.
La mandataria, que vivió la mayor parte de su vida en Río Grande do Sul, en donde aún reside su hija y su nieto, lloró junto con los familiares de las víctimas en un clima de conmoción generalizado.
Poco antes de Rousseff, el gobernador de Río Grande do Sul, Tarso Genro, había declarado luto oficial de siete días en todo el estado, mientras que el alcalde de Santa María, Cezar Schirmer, decretó duelo oficial de treinta días.
La mayoría de las víctimas fatales, de las cuales 120 eran hombres y 113 mujeres, eran estudiantes de entre 18 y 30 años de diferentes facultades de la Universidad Federal de Santa María que celebraban una fiesta en la discoteca Kiss.
Según las primeras investigaciones, el incendio comenzó hacia las 2.30 hora local (4.30 GMT) cuando fue encendido en el escenario de la discoteca un equipo de fuegos pirotécnicos conocido como “Lluvia de plata”, cuyas chispas alcanzaron la espuma utilizada como aislante acústico en el techo del establecimiento.
Además del uso de un artefacto no permitido dentro de un establecimiento cerrado, para la tragedia contribuyeron el pánico provocado por la rápida expansión de la humareda y la supuesta decisión de los vigilantes de cerrar las puertas para evitar que el público saliera sin pagar, según los bomberos.
La difícil evacuación y la avalancha de personas corriendo hacia la única salida causaron numerosas muertes por asfixia.