SANTA MARIA, Brasil. El incendio, que ha cobrado la vida de 235 personas en un club nocturno, fue provocado por bengalas para uso al aire libre. El grupo que las utilizó lo sabía, sin embargo el precio de éstas es de 1.25 dólares, a diferencia de los fuegos pirotécnicos para interiores que cuestan 35 dólares, informó el inspector Marcelo Arigony.

 

“La luz de bengala era para usarse sólo en exteriores, y la gente que las encendió lo sabía”, afirmó Arigony, quien añadió que los miembros del grupo han reconocido que solían optar por las bengalas más baratas. “Preferían comprar ésas porque eran más económicas que las de uso en interiores”.

 

Arigony, cuyo primo falleció en el incendio, añadió, “la pirotecnia era parte de su espectáculo. Los integrantes incluso usaban guantes en el escenario para no quemarse las manos”.

 

Las repercusiones de esa decisión siguieron causando conmoción el martes en Santa Maria, una localidad universitaria de 260 mil habitantes, donde ocurrió la tragedia del domingo por la madrugada en el club nocturno Kiss.

 

El departamento forense de Rio Grande do Sul elevó hoy la cifra de muertos, de 231 a 235, para reflejar el deceso de tres personas que no aparecían en la lista original de víctimas y una a la que le han declarado muerte cerebral. Las autoridades dicen que más de 120 personas siguen hospitalizadas por inhalación de humo y quemaduras. Decenas de ellas se encuentran en estado crítico.

 

El incendio comenzó alrededor de las 2:30 de la madrugada, hora local, durante una actuación de Gurizada Fandangueira, una banda de música que había hecho de la pirotecnia un sello característico de sus espectáculos. El guitarrista del grupo dijo a la prensa que el club de 615 metros cuadrados estaba repleto con entre mil 200 y mil 300 clientes. La policía informó que la capacidad de un club de ese tamaño era menor a 700 personas.

 

La policía informó que el techo del club estaba cubierto de una espuma aislante hecha de un material combustible, el cual al parecer se incendió al entrar en contacto con una chispa de una bengala encendida durante el concierto.

 

Después de una falla en el extinguidor, el fuego se propagó velozmente por el club repleto, emitiendo un humo denso y tóxico. Dado que el Kiss no contaba al parecer con alarma ni con un sistema de aspersión, y a que sólo había una salida que funcionaba, la multitud quedó atrapada.

 

Aproximadamente 50 de las víctimas estaban en los dos baños del club, quizás tras confundir las puertas de esa área con la salida, en medio del humo.

 

Arigony, investigador policial, dijo que la gente se dirigió a los baños porque eran los únicos lugares de donde salía luz. La espuma, que emitió un gas tóxico, no constituía un material adecuado para aislar el sonido, y probablemente se usaba sólo para reducir el eco dentro del club, dijo Arigony.

 

El gobierno de Sao Paulo, la ciudad más grande del país, prometió una regulación más severa de estos establecimientos. El alcalde de la ciudad de Americana, en el estado de Sao Paulo, ordenó el cierre temporal de 10 clubes nocturnos ahí.