LA HABANA. La Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (Celac) confirmó ayer la reinserción de Cuba en la región al confiarle la presidencia temporal del bloque, en un momento en que la isla “actualiza” su modelo socialista con las reformas de Raúl Castro.
Durante un año, el único país comunista del continente será líder e interlocutor del joven organismo que incluye a todos los países de América, excepto a Estados Unidos y Canadá.
Hay analistas que no dudan en calificar de “hito histórico para la diplomacia cubana” la presidencia de la Celac, entre ellos el académico cubano-estadunidense Arturo López Levy, porque “constituye la confirmación viva de su inserción regional y el fracaso de la política estadunidense de aislamiento”, según dijo.
Cuba se resarce así de pasadas épocas de aislamiento y altibajos en las relaciones con sus vecinos, al tiempo que se ratifica la tendencia en favor de su integración a la que han contribuido en la última década el giro a la izquierda de varios países suramericanos o el retroceso de la influencia de Estados Unidos en la región.
Con la presidencia de un bloque exclusivamente latinoamericano y caribeño, Cuba parece recibir también un espaldarazo y acompañamiento regional a su “actualización socialista”, que no incluye reformas políticas de calado pero que sí ha abierto espacios a la iniciativa privada y acabado con históricas prohibiciones para los cubanos, entre ellas los viajes al exterior.
La designación de Cuba para liderar este año el organismo regional ha sido considerada por varios Gobiernos de la región como una victoria histórica, “reparación histórica” o “acto de justicia” ya que son escasos los precedentes de que la isla haya presidido organismos regionales.
“Es un acto de justicia luego de más de 50 años de resistencia al criminal bloqueo imperial. América Latina y el Caribe le están diciendo a Estados Unidos con una sola voz que todos los intentos por aislar a Cuba han fracasado y fracasarán”, escribió desde Cuba el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, en una misiva que leyó ante la cumbre de Santiago de Chile su vicepresidente, Nicolás Maduro.
En términos similares se expresó el canciller de Ecuador, Ricardo Patiño, quien calificó el hecho como “una reparación histórica”, en alusión al largo bloqueo económico a Cuba por parte de EU.
En general, los representantes de 32 países de la Celac, todos a excepción de Paraguay, que no asistió a la cumbre por su situación política interna tras la destitución del ex presidente Fernando Lugo, expresaron a Cuba los mejores deseos en su gestión al frente del organismo.
Mientras tanto el presidente cubano, Raúl Castro, afirmó que si hiciera falta aplicaría la pena de muerte para combatir “a sangre y fuego” a los narcotraficantes, aunque aseguró que en su país “droga no hay ni habrá”.
“(Hace tiempo) tomamos una decisión: vamos a combatir la droga que nos está empezando a amenazar a sangre y fuego”, declaró Castro ante el plenario de gobernantes reunidos en la Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), en Santiago.
“Nuestras leyes permiten la pena de muerte, está suspendida, pero ahí está, de reserva, porque una vez la suspendimos y lo único que hicimos con ello fue estimular las agresiones y los sabotajes contra mi país a lo largo de estos 50 años”, advirtió Castro.