La reina Beatriz de Holanda, que cumple 75 años el próximo jueves, ha comunicado a los holandeses que abdicará, luego de casi 33 años de ser cabeza de Estado, a favor de su hijo Guillermo Alejandro quien será el primer rey de Holanda en más de 100 años.
“Es con la mayor confianza de que entrego el próximo 30 de abril el trono a mi hijo, el príncipe Guillermo y su esposa Máxima”, ha dicho. “Estoy convencida de que están preparados para asumir esta responsabilidad. Os agradezco muchísimo la confianza que me habéis dado en estos bonitos años en que les he servido como Reina”.
El anuncio, que se dio en un discurso televisado a nivel nacional, marcó el fin del reinado de una de las monarca más longevas que ha tenido el país, cuyo tiempo en el trono estuvo acotado por cambios significativos en la sociedad holandesa y, más recientemente, por la tragedia personal.
Holanda celebrará a fines de año el aniversario 200 de su monarquía. Los holandeses, famosos por su pragmatismo, no consideran el trono como un cargo vitalicio. En realidad, los rumores sobre la abdicación son recurrentes en el país, porque sus soberanas ceden la corona con naturalidad.
La reina Guillermina, abuela de la actual reina Beatriz, fue una reina de formidable carácter que pasó las dos guerras mundiales, la crisis económica de 1933 y la descolonización de los territorios en ultramar, tenía 68 años cuando confió la corona a su hija Juliana en 1948. Esta última fue muy popular. Vista por sus compatriotas casi como una ciudadana más, no tenía reparos en dar su opinión. En 1980, a los 71 años, Juliana abdicó en favor de su hija, Beatriz.
Desde entonces, Beatriz ha actuado con una eficacia fuera de duda. También con un afán de perfeccionismo que la ha hecho parecer algo lejana a veces.
Se piensa que la reina permaneció tanto tiempo en el trono debido en parte a los cambios en la sociedad holandesa, pues el país está tratando de lidiar con una fuerte inmigración, particularmente del norte de África, y ha caído un poco su imagen de ser uno de los países más tolerantes del mundo.
La abdicación ocurre en momentos difíciles para Beatriz. Hace un año el segundo de sus tres hijos, el príncipe Friso, quedó en coma tras sufrir un accidente de esquí en Austria.
Y aunque su cargo es en gran medida ceremonial, el gobierno anterior la despojó de una de sus pocas facultades, la de nombrar a un candidato para formar gobierno tras las elecciones parlamentarias.
Entretanto Guillermo Alejandro, de 45 años de edad, parece preparado para la responsabilidad.
Es un piloto entrenado y experto en administración de recursos hídricos, una carrera muy importante en Holanda. Desde hace años ha sido preparado para el trono y a veces se le veía acompañando a su madre en ceremonias formales.
En 2002, contrajo matrimonio con la argentina Máxima Zorreguieta, El padre de ella no pudo acudir a la boda por el rechazo que creó en la clase política holandesa el hecho de que hubiera ejercido un cargo público durante la última dictadura militar argentina (1976-1983), cuando se desempeñó secretario de Agricultura y Ganadería. Agencias
Abdicaron
La primera abdicación del siglo XX, la del zar Nicolás II y la renuncia de su hermano, el Gran Duque Miguel, llegó con el estallido de la Revolución rusa en 1917.
Un año después, en noviembre de 1918, fue el káiser Guillermo II de Alemania quien abdicó, tras la derrota en la I Guerra Mundial (1914-1918), y acabó por asilarse en Holanda.
En septiembre de 1922, Constantino I de Grecia abdicó la corona de ese país en el príncipe heredero, que pasó a reinar como Jorge II.
En Gran Bretaña, la renuncia del rey Eduardo VIII, en diciembre de 1936, llevó al trono a Jorge VI, padre de la actual monarca británica, la reina Isabel II.
El español Alfonso XIII, fallecido en Roma el 28 de febrero de 1941, abdicó poco antes sus derechos dinásticos en su tercer hijo, don Juan de Borbón, el 15 de enero de ese mismo año. No obstante, éste nunca llegó a reinar de hecho y en 1977 presentó oficialmente la renuncia a sus derechos al trono ante su hijo, el actual rey de España, Juan Carlos I.
En Rumanía, donde reinó la dinastía de Hohenzollern-Sigmaringen entre 1866 y diciembre de 1947, su último rey fue Miguel I, obligado a abdicar por los comunistas apoyados por los soviéticos. Este último había llegado al trono tras la renuncia de su padre, Carol II.
Un año antes, en mayo de 1946, el rey de Italia, Víctor Manuel III, renunció en favor de su hijo, el príncipe de Piamonte, quien subió al trono como Humberto II.
En Bélgica, el rey Leopoldo III delegó sus poderes en su hijo Balduino I, que le sucedió en 1951.
La última abdicación del siglo XX tuvo lugar en Luxemburgo, cuando Enrique de Nassau llegó al trono al renunciar su padre, el Gran Duque Juan, el 6 de octubre de 2000. EFE