Meses antes de que se ordenara la suspensión de vuelos del Boeing 787 Dreamliner, las baterías de litio usadas en estos aviones habían presentado múltiples problemas.
Oficiales de Nippon Airways, los operadores más grandes de los Boeing 787, dijeron en una entrevista este martes que habían cambiado 10 baterías en meses anteriores pertenecientes a dos aviones antes de las fallas registradas a mediados de enero que ocasionaron que se ordenara que esta línea dejara de volar en todo el mundo.
De acuerdo a un reporte de The New York Times, a pesar de que la aerolínea avisó a Boeing acerca de estas reparaciones cuando ocurrieron, no fueron consideradas dentro de los reportes de seguridad porque no ocasionaron cancelación o retraso de vuelos.
Los oficiales del National Transportation Safety Board dijeron que su investigación incluirá estos reportes sobre cambios de refacciones en meses previos.
La aerolínea también explicó, por primera vez, la magnitud de los problemas anteriores que revela la volatilidad de las baterías y añade preocupación acerca de si Boeing y otros fabricantes de aviones podrán usar este tipo de baterías de forma segura.
En cinco de los 10 cambios de las refacciones, All Nippon asegura que la batería principal había mostrado una inesperada baja de carga. Así mismo, una baja en la batería principal ocurrió en todos los vuelos que tuvieron que hacer un aterrizaje de emergencia el pasado 16 de enero en Japón.
La aerolínea también reveló que en tres ocasiones la batería principal falló al iniciar y tuvo que ser reemplazada junto con el cargador. En otros casos, la batería mostró un error de lectura al iniciar la fuente de poder inicial. Todos estos eventos ocurrieron de mayo a diciembre del 2012.
Japan Airlines, que opera siete Boeing 787, dijo que había habido muchos casos en los que los equipos de mantenimiento tuvieron que cambiar las baterías de estos aviones, pero declinaron dar más detalles.
Boeing, ha dicho en repetidas veces que cualquier problema con las baterías puede ser reparado sin poner en riesgo a los aviones y a los pasajeros.
Con información de The New York Times