El clásico ejemplo de la película que suena bien cuando te la cuentan pero que al final no resulta tanto. Basada en la novela de Stephen Rebello, Hitchcock and the Making of Psycho,  y dirigida por el debutante Sacha Gervasi (trabajo previo Anvil, 2008, documental sobre el grupo de metal del mismo nombre) se ve prometedora en los avances pero resulta inevitablemente decepcionante.

 

El planteamiento inicial es interesante; recién estrenada la exitosa North by Northwest (Intriga Internacional, 1959), Hitch entra en crisis creativa. Si bien North… es un gran éxito, algunas críticas apuntan que el director de origen inglés estaba repitiéndose. Hitchcock se obsesiona en la búsqueda de algún material que le ayude a dar un giro a su carrera y demostrar que aún sigue siendo “el maestro”. Ese material fue la novela Psycho (1959) escrita por Robert Bloch y que a su vez estaba basada en el caso real del asesino serial Ed Gein, cuyos sangrientos asesinatos fueron inspiración no sólo para esta novela (y película) sino para cintas posteriores como El Silencio de los Inocentes (Demme, 1991) o Masacre en Cadena (Hooper, 1974).

 

La elección de dicha novela como material para su siguiente film arquea las cejas de la prensa, los críticos de cine e incluso de su esposa, Alma Revile, a quién la historia le parece en extremo sórdida. No obstante, la obsesión de Hitchcock puede más y decide continuar con el proyecto.

 

La cinta de Gervasi inicia bien, sobre todo en lo concerniente a los pormenores y dificultades que tuvo que sortear la producción de Psycho: desde la difícil tarea de encontrar protagónicos, pasando por las ríspidas reuniones con los ejecutivos de la Paramount quienes -a pesar de tratarse de Hitchcock- se negaron a financiar la cinta, teniendo el director que hipotecar su enorme casa para financiarse de manera independiente.

 

Lo que inicia como un relato sobre cine desde el cine, da un giro radical cuando descubrimos una sub-trama que pronto se vuelve el motor mismo de la cinta. Resulta que Alma (Helen Mirren) empieza a entablar una relación -que al parecer va más allá de lo profesional- con el escritor Whitfield Cook (Danny Huston), otrora colaborador de Hitch y que ahora busca, a través de Alma, que el maestro lea un texto suyo.

 

Así, Gervasi sugiere que escenas clásicas, como el asesinato en la regadera, fueron producto de los celos del director quien no sólo desata su furia en el trabajo sino que, frustrado, se atasca de todo lo que encuentra en el refrigerador tras descubrir una posible infidelidad de su esposa.

 

La manufactura de la cinta es propia del telefilme, tomas cerradas, sin mayor imaginación, iluminación convencional y una actuación esforzada (se agradece el humor y el sarcasmo que impregna al personaje) pero no del todo convincente de un Anthony Hopkins que jamás logra mimetizarse en Hitchcock, a pesar de los prostéticos y el maquillaje.

 

Derivativa y sin riesgo, empero rescato una escena: el director afuera de la sala de cine donde se proyecta por primera vez Psycho, disfrutando los gritos de la audiencia y alzando los brazos cual orgulloso director de orquesta. De ese Hitchcock es de quien nos interesaba saber más y no sobre aquel que canalizaba sus frustraciones amorosas devorando latas de carne enlatada.

 

 

HITCHCOCK Dir. Sacha Gervasi

2 de 5 estrellas.

Con: Antony Hopkins, Helen Mirren, entre otros.