Entre el terremoto de 1985 y el estallido en la torre de Pemex la tarde de ayer, hay una revolución tuitera de por medio. Sin necesidad de estar expuesto a la pantalla de la televisión ni a los aparatos radiofónicos, los tuiteros pudieron enterarse en tiempo real del suceso. El escenario no es apocalíptico: en 2013 se puede estar informado sin necesidad de estar expuesto a la radio ni a la televisión. Parece obligación o berrinche rebobinar la historia y recurrir a la ficción para preguntar si el vacío de información que vivimos el 19 de septiembre de 1985 hubiera ocurrido si el entonces presidente Miguel de la Madrid hubiera tenido twitter.

 

Twitter fue la red por la circularon los principales nodos del gobierno Federal. El objetivo lo cumplieron, no hubo vacío de información virtual ni presencia física de liderazgos en el escenario de la tragedia. Por el contrario, resultó extraño observar la inmediatez con la que llegaron a la torre de PEMEX el jefe de Gobierno Miguel Mancera, el secretario de Gobernación, Miguel Osorio, el procurador de la República Murillo Karam y el presidente Peña Nieto. La presencia del procurador incentivó la recreación de hipótesis sobre un estallido provocado. La realidad es que el Gobierno Federal detonó un protocolo de comunicación pocas veces visto, aún en los tiempos de twitter (sexenio pasado).

 

Dieciséis minutos después de las cuatro de la tarde, el presidente escribió lo siguiente en su cuenta de twitter: “Elementos de rescate y seguridad de PEMEX trabajan con las autoridades del DF para auxiliar a los heridos y al personal”. La estrategia de presidencia fue desdoblar en varias cuentas un solo mensaje: el epicentro de la emisión lanzó dos vectores con radios estratificados. El primer vector es el elemento personal (liderazgo) y el segundo vector fue el elemento de servicio. Ambos son vectores masivos. Con el primero se evita la ausencia de liderazgos y por ende de indolencia gubernamental, y con el segundo de arrojan datos de servicio en tiempo real, es decir, se evitan las sombras de información (lapsos en donde se puede perder el control de la comunicación).

 

Las cuentas @PresidenciaMX y @EPN representan al primer vector; la primera cuenta es más institucional que la segunda. @EPN siempre en primera persona que se convirtió en el guía emocional: “En estos momentos, me dirijo a supervisar que los heridos estén recibiendo la atención necesaria”. La cuenta @PresidenciaMX con moño negro en su avatar fue más institucional: “Se confirma el fallecimiento de 25 personas y 101 heridos tras los hechos de PEMEX” (23:08 hrs). Algo más, ésta cuenta retuiteaba los mensajes de los principales implicados en la red.

 

El segundo vector se concentró en @locatel_mx; deficiente durante un lapso porque no renovaba en tiempo real los datos. Entre ambos vectores @Emilio LozoyaAus avisaba que “Estoy regresando de emergencia de una gira por Asia debido a esta tragedia, para estar con nuestros trabajadores esta misma noche”.

 

Twitter se alimenta de palabras. En muchas ocasiones revela los rasgos de personalidad. @S_Cuienguegfos_Z (secretario de Defensa) escribió: “A nombre del Ejército y F.A.M, expreso condolencias a los familiares de los compatriotas fallecidos en la torre de PEMEX”. Muy formal y reveló que no es muy tuitero.

 

1985 no volverá a suceder; no puede existir vacío de información en tiempos de twitter.