Es el segundo día de angustia, de desesperación, caras grises y largas afuera del Hospital Central de Pemex. El número de familiares no es el mismo pero los sentimientos encontrados reflejan dos panoramas distintos.

 

Por una parte, el gesto esperanzador en el rostro de quienes ya constataron que su familiar o amigo se encuentra estable y fuera de peligro. Sin embargo, la angustia prevalece para aquellos que comprobaron la gravedad de las heridas de sus seres queridos, y lloran la angustia de no poder ayudarlos.

 

La sonrisa de Ana resalta entre las personas que aún se encuentran a la espera de informes por parte del personal médico de la paraestatal. El motivo de su alegría es porque su prima Mabel está fuera de peligro y en proceso de recuperación.

 

Lo último que Mabel recuerda es un estruendoso estallido y después de eso nada; perdió el conocimiento tras la explosión. Mabel, resultó herida de dos profundas aberturas en la cabeza, una en la frente y otra cercana a la nuca, además de varios golpes en las piernas, fractura de un dedo.

 

Afortunadamente Mabel respondió después del desmayo, le hicieron una tomografía, procesamiento de imágenes en cada sección de su cabeza, para descartar algún otro problema por el fuerte golpe pero todo salió bien, ahora se está recuperando, platica Ana con una espontanea alegría y una sonrisa de alivio en su rostro.