Los accidentes se deben a la suma de errores y no a hechos aislados y los eventos en PEMEX, la semana pasada, no son una excepción. La muerte de 37 trabajadores de la institución por causa de una explosión y los derrumbes subsecuentes debe ser esclarecida lo antes posible. Sin embargo, hay muchas fallas de PEMEX que se deben revisar y, al día de hoy, hay responsables con nombre y apellido que deben entregar cuentas a la nueva administración, así como a los órganos de control interno.

 

Los riesgos operativos más grandes de PEMEX al día de hoy son tres. El primero es una falta de un programa integral de seguridad. En los reportes a la Bolsa de Valores de Nueva York, la empresa cita al crimen organizado y al sabotaje como el segundo factor de riesgo que cualquier inversionista debe considerar si desea comprar bonos de PEMEX. Tan sólo en el 2011 la empresa estima el robo de 25 mil barriles diarios y explica que hubo un aumento de 49 incidentes a 85 en las líneas de distribución. Es más, el año pasado PEMEX difundió que encontró más de 700 tomas clandestinas, sin embargo las pérdidas de combustible siguen en la empresa. El General en retiro Salvador Leonardo Bejarano Gómez fue incapaz de detener los robos, durante el tiempo que él estuvo a cargo de esta empresa, PEMEX fue presa del crimen organizado y se dejó el camino libre para que la empresa fuera saqueada. A pesar de las inversiones en seguridad, los robos no bajaron y esto se debe a dos factores: corrupción o ineptitud.

 

En el mismo reporte en la sección sobre control interno de la compañía, se establece que desde 2006 se opera con un Sistema de Seguridad, Salud y Protección Ambiental (SSPA), el cual tiene como objetivo el tener “cero accidentes”. Este sistema se basa en las mejores prácticas a nivel internacional y tiene protocolos específicos que se deben seguir. A pesar de contar con un área que opera este sistema, PEMEX informó que estos aumentaron 29% en la empresa. El impacto económico de estos sucesos aumentó 16%, es decir en PEMEX se perdieron el equivalente a 29 días laborales por accidentes. Esta área ha estado a cargo del Ing. Ing. Luis Fernando Betancourt Sánchez, un directivo que tenía como prioridad organizar seminarios con los proveedores de la industria, en lugar de atender los indicadores del SSPA.

 

Los errores sistemáticos en dos áreas de vital importancia ya no son una coincidencia. Un directivo como Juan José Suarez Coppel podría ser engañado por uno de los titulares de cualquiera de estas áreas. Pero ellos no mintieron, reportaron los malos resultados de sus respectivas áreas a las autoridades financieras de los EU. El ex director de PEMEX conocía esos resultados, ya que su firma está plasmada en el documento que fue entregado a la Securities and Exchange Commission.

 

La gestión del Dr. Suarez Coppel fue una de las peores, aquí tenemos dos ejemplos de cómo una empresa no le dio prioridad a la protección de sus activos. Estas áreas estaban dirigidas por funcionarios que entregaron pésimos resultados y el Director Suarez Coppel nunca los llamo a cuentas. Esto habla muy mal de su capacidad como administrador, pero quizás la peor característica empresarial de Suarez Coppel es su falta de conocimiento y capacidad para hacer inversiones.

 

En el 2005 Suarez Coppel sale de PEMEX debido a que su hermano Jaime tenía relaciones comerciales con uno de los proveedores de buques de la empresa, lo cual representaba un conflicto de interés. En ese mismo año es contratado como Director de Administración y Finanzas en grupo Modelo, de donde fue despedido en 2009 por realizar inversiones en el mercado de futuros, causando un quebranto de más de 2 mil millones de pesos. De manera inusual la empresa emite un boletín al mercado donde anuncia la salida de la empresa de Suarez Coppel y otro donde anuncia la cancelación de coberturas peso/dólar.

 

A pesar de esta acción es contratado como Director de PEMEX, donde su empresa creo el fideicomiso para la construcción de la Estela de Luz, trató de llevar a cabo una licitación internacional sin controles internos para adjudicar una inversión por 3 mil millones de dólares en la construcción de un gasoducto. Es obvio que las decisiones estratégicas y prioritarias de Suarez Coppel no estaban en atender lo urgente sino en ocurrencias financieras de poca transparencia y malos resultados. Para muestra valdría la pena revisar el precio de la acción de Repsol al día de hoy.

 

Un llamado a cuentas de estos funcionarios públicos, debería ser algo normal en toda democracia y el PAN tiene que respaldar esta moción. Ninguno de estos funcionarios es panista o calderonista, son tres mexicanos que entregaron malos resultados y deberían ser los primeros en estar listos a comparecer ante las autoridades.

 

Hoy más que nunca sabemos que PEMEX tiene que cambiar, que no es eficiente y que nuestros activos corren un grave peligro bajo el marco institucional actual.

 

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