Un total de siete turistas, seis de ellas de origen español y una mexicana, fueron violadas en Acapulco, Guerrero, reportaron fuentes policiacas.

 

La noche del domingo, las paseantes, quienes se hospedan en una bungalo ubicado en la playa Bonfil en la zona oriente de este balneario, fueron atacadas por al menos 10 personas, quienes tenían el rostro tapado.

 

El reporte ingresó primero como robo a casa habitación al servicio de emergencias 066, pero después las autoridades confirmaron la agresión sexual.

 

Ante estos hechos, fuerzas de seguridad que conforman el Operativo Guerrero Seguro se reunieron en las instalaciones militares de la novena región para analizar esta situación.

 

Las mujeres, acompañadas de funcionarios de Turismo, se presentaron ante la Agencia del Ministerio Público para la Atención de Delitos Sexuales.

 

Efectivos de la Policía Investigadora Ministerial se trasladaron al poblado para investigar los hechos.

 

El Ministerio de Asuntos Exteriores español ha señalado a Acapulco como la única excepción que presenta problemas de seguridad dentro de las zonas turísticas más importantes de México, según el diario ABC.

 

 

Peligro 24 horas al día

 

Guerrero es uno de los estados mexicanos que más se han visto sacudidos por la violencia del crimen organizado. Ante la escalada de los delitos, los habitantes de varios municipios de la llamada Costa Chica se han organizado desde hace dos semanas en sus propias brigadas de autodefensa.

 

Amparados en las leyes de usos y costumbres de los pueblos indígenas, practican detenciones y celebran juicios.

 

El hecho fue calificado por la Comisión Nacional de Derechos Humanos como anticonstitucional, por lo que solicitó –sin éxito– a las autoridades estatales la aplicación de medidas cautelares de manera indefinida.

 

El domingo pasado, un grupo de turistas procedentes del Distrito Federal fueron atacados en un retén en la comunidad de Las Mesas. El gobierno local calificó el hecho como un “atentado”, mientras que el promotor de la Unión de Pueblos y Organizaciones de Guerrero, Bruno Plácido, dijo que fue una “imprudencia” por parte de los turistas no detener la marcha del vehículo.