El uso de baterías de ión de litio para alimentar los sistemas de los aviones no es necesariamente un peligro, a pesar de casos en que una batería se incendió en un Boeing 787 Dreamliner y comenzó a echar humo en otro, pero los fabricantes necesitan establecer salvaguardas confiables, dijo el el jefe de la entidad de seguridad aeronáutica de Estados Unidos.

 

Deborah Hersman, presidenta de la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte, dijo que no desea eliminar “categóricamente” el uso de baterías de ión de litio para alimentar los sistemas de los aviones, aunque está claro que las salvaguardas fallaron en el caso de un 787 de Japan Airlines al que se le incendió una batería el 7 de enero cuando estaba estacionado en el Aeropuerto Internacional Logan de Boston.

 

“Obviamente, lo que vimos en el fuego de la batería del 787 en Boston muestra que hay algunos riesgos que no se han mitigado, que no se han resuelto”, declaró Hersman a los periodistas en una entrevista. El fuego no es “lo que hubiéramos esperado en una batería y avión nuevos”, agregó.

 

La Junta demorará varias semanas más en determinar la causa de la batería incendiada el 7 de enero, explicó Hersman.

 

Los investigadores también estudian las condiciones especiales que la Dirección Federal de Aviación (FAA, por sus siglas en inglés) exigió cumplir a Boeing para poder usar las baterías en el 787, dijo la funcionaria.

 

 

PRODUCCIÓN CONTINUARÁ…

La empresa nipona fabricante de las baterías defectuosas de litio-ion que causaron recientemente problemas en los aviones Boeing 787 Dreamliner, mantendrá sus planes de producción a pesar de las graves averías reportadas.

 

El fabricante, GS Yuasa, no cree que los resultados empresariales de la compañía vayan a verse afectados por las averías de las baterías de esos aviones, que ha provocado la suspensión de sus operaciones en EEUU, Japón, India o Europa y pérdidas millonarias en las compañías afectadas.

 

Compañías niponas como All Nippon Airways (ANA), que con 17 aviones 787 es hasta el momento el mayor comprador de este modelo, o Japan Airlines (JAL), tuvieron que reemplazar decenas de veces las baterías antes de la cadena de incidentes debido a problemas con la carga de estos componentes y otras incidencias.

 

“Consideramos que nuestros clientes comprenden que se están tomando todas las medidas posibles para garantizar la calidad del producto”, aseguró Yoshiyuki Nakagawa, directivo del fabricante nipón en declaraciones recogidas por la agencia Kyodo.

 

Ayer, el panel de expertos japoneses anunció que habían encontrado signos de reacciones químicas descontroladas en condiciones de altas temperaturas en las baterías de los Dreamliner. Según Norihiro Goto, presidente de la Agencia de Seguridad en el Transporte de Japón (JTSB), las ocho células de la batería de uno de los aviones de la compañía ANA mostraban daños causados por un exceso de temperatura.

 

(EFE)