La tragedia ocurrida el 19 de febrero de 2006 en la mina carbonífera Pasta de Conchos, donde 65 mineros perecieron por una explosión, es “un asunto terminado” salvo por los reclamos de “dos o tres” que aún quieren recuperar los restos de los trabajadores, afirmó el nuevo delegado de la Secretaría de Trabajo y Previsión Social en Coahuila, Francisco Fuentes Reyna.

 

Según el funcionario, el gobierno y la empresa concesionaria, Industrial Minera México (filial de Grupo México), cumplieron sus obligaciones legales “y humanitarias” con las familias afectadas.

 

Fuentes Reyna consideró injustificados los reclamos de los deudos de recuperar 63 cadáveres atrapados en la cantera, debajo de toneladas de escombros (dos fueron rescatados meses después del siniestro).

 

“A veces me da la impresión de que se dicen cosas que no sucedieron, porque se atendió perfectamente a las viudas o familias de Pasta de Conchos; el gobierno federal, el estatal y la empresa dieron lo que prometieron”, señaló.

 

Refirió que se entregaron a los deudos “apoyos humanitarios” como despensas, casas y becas, por decisión del entonces gobernador, Humberto Moreira. “Hay dos o tres por ahí que quieren otras cosas. Nosotros no somos nadie para limitarlos; somos respetuosos de sus decisiones.

 

“Quieren insistir en el rescate de los cadáveres, en que les deben. Bueno, pues que sigan con su instancia hasta agotarla. Contribuiremos para orientarlos, apoyarlos en cualquier instancia laboral, pero para mí ese asunto como que ya, a reserva de escarbarle un poquito más, ya está concluido”, dijo.

 

A veces me da la impresión de que se dicen cosas que no sucedieron, porque se atendió perfectamente bien a las 65 viudas o familias de Pasta de Conchos; el gobierno federal, el del estado y la empresa dieron lo que prometieron”.