PARÍS. El escándalo por la carne de caballo en Europa tiende a crecer y a generar tensiones internacionales luego de que Francia afirmó que había carniceros rumanos y comerciantes holandeses y chipriotas en una cadena de abasto relacionada con la carne equina disimulada como res que es vendida como lasaña congelada en el continente.

 

No hay por ahora reportes sobre riesgos sanitarios, pero el timo ha inquietado a la gente en Europa.

 

Las acusaciones salen por todos lados. En Francia, la cancillería calificó al asunto de «repugnante», mientras las autoridades de protección al consumidor redoblaron las inspecciones en el sector de la carne en el país, de mataderos a supermercados. La presidencia de Rumania se esfuerza por salvar la reputación de su nación. Una empresa sueca demanda a una central francesa de abasto.

 

El motivo para vender carne de caballo como si fuera de res pareciera financiero, y las autoridades se están concentrado en perseguir a quienquiera que sea responsable de fraude en el escándalo, dijo el viceministro francés de bienes de consumo, Benoit Hamon.

 

La cadena de abasto implicada en el escándalo es un sistema complejo y extendido en Europa.

 

Las autoridades sanitarias de Francia determinaron en una primera investigación que la compañía francesa Poujol, filial del grupo francés Comigel, compró carne congelada a un negocio chipriota, indicó el domingo el despacho de Hamon en un comunicado. Esta última empresa había recibido la carne de un comercio holandés, y que esta compañía la había obtenido de dos mataderos de Rumania.

 

En el comunicado no fueron identificadas esas firmas de Rumania, Chipre y Holanda.

 

Luego, Poujol abasteció a una fábrica de Luxemburgo, refirió Hamon en el texto. La lasaña terminó siendo vendida con la marca sueca Findus.

 

Varios supermercados franceses anunciaron el domingo que han retirado un lote de comidas preparadas, incluyendo lasaña, musaca y canelones, que podrían contener carne de caballo sin mencionarla en las etiquetas. Los ministros franceses de agricultura, alimentos y protección al consumidor tienen previsto reunirse el lunes de emergencia con productores de carne.

 

Precio del caballo en Rumania, clave en fraude alimentario

 

El precio de la carne de caballo, que se ha hundido en Rumanía, aparece para los investigadores franceses como uno de los motivos más verosímiles del fraude en la composición de platos preparados para varias marcas de distribución, que vendían sus lasañas como si fueran de vacuno.

 
Fuentes de la investigación citadas hoy por «Le Journal du Dimanche», explicaron que «las primeras facturas muestran un precio de compra muy por debajo de la cotización habitual del vacuno, en torno a un 30 % menos».

 

 

En esa misma línea, el ministro francés de Consumo, Benît Hamon, habló, en una entrevista a «Le Parisien», de un «beneficio» cuantificado en unos 300.000 euros en «lo que parece ser un fraude».

 

 

El eurodiputado ecologista francés José Bové insistió en esa tesis al denunciar que «hay una serie de mafias que venden productos en función de los precios».

 

 

Bové, en declaraciones a la emisora «France Info», contó que como «el precio de la carne de caballo se ha hundido» en Rumanía en razón de la prohibición de desplazar esos animales por carretera, se llevan masivamente al matadero y se busca salida a su carne, que tiene que venderse más barata. (EFE)