El papa Benedicto XVI, quien anunció que renunciará al pontificado el próximo 28 de febrero, se retirará al monasterio de monjas de clausura “Mater Ecclesiae”, situado en el interior del Vaticano, después de que su sucesor sea elegido en cónclave.
El monasterio, que actualmente está siendo rehabilitado, fue construido en 1992 por deseo del predecesor de Benedicto XVI, Juan Pablo II, y se encuentra en una zona apartada de los jardines vaticanos.
El edificio consta de cuatro plantas y entre el segundo y tercer piso hay doce celdas monásticas, mientras que en la parte baja del edificio se hallan el refectorio, la cocina y la enfermería, entre otras dependencias.
La parte de nueva construcción tiene dos niveles y cuenta con una superficie de 450 metros cuadrados, que alberga la capilla y el coro, así como una la biblioteca en la planta superior. La única decoración con la que cuenta el edificio son las vidrieras artísticas y los decoraciones sacras, con motivos de inspiración contemplativa.
Con la construcción de este convento, se cumplió el deseo de Juan Pablo II de contar con un espacio que acogiera un convento internacional para la vida contemplativa, en el que las monjas pudieran rezar por el papa y por la Iglesia.
En los últimos veinte años se han alternado en este convento diferentes órdenes de monjas de clausura, primero las clarisas, después las benedictinas y las visitadoras, que en noviembre de 2012 tuvieron que dejar el monasterio debido a los trabajos de reestructuración.
En los jardines del monasterio pueden hallarse limoneros con los que las monjas elaboran mermelada y licores.