La decisión de Benedicto XVI para dejar su cargo como máximo líder de la Iglesia Católica estuvo influida por varios factores, pero sobretodo uno que flotó durante toda su visita a México y Cuba en 2012: el padre Marcial Maciel, fundador de los Legionarios de Cristo y señalado por abuso sexual a menores e incluso abuso de drogas.

 

Según fuentes consultadas en el Vaticano por el diario The New York Times, los grupos de víctimas y otros críticos de estas conductas por parte de sacerdotes fueron ignoradas por Benedicto XVI, aun cuando fue él quien abrió una investigación como Jefe de la oficina de Adoctrinamiento años antes.

 

Ello habría sido uno de los primeros factores que acumularon presión Joseph Ratzinger, pues además de ser uno de los más conocidos no fue el único caso. En Irlanda, Estados Unidos y Australia salieron a la luz casos similares.

 

El especialista del Vaticano, Paolo Rodari, del diario Il Foglio, considera que la renuncia fue una suma de varios factores, pero sobre todo la filtración de información confidencial desde el interior del Vaticano fue uno de los que más afectó al Papa. Con la renuncia, Bendicto XVI, envió un mensaje claro: “yo no puedo cambiar las cosas, así que las borraré”.

 

Hoy se dio a conocer que el Benedicto XVI sufrió un accidente en México durante su estancia en León, pero ello no influyó en su decisión como publicó el diario “’La Stampa’ según aclaró Federico Lombardi, portavoz de el Vaticano.

 

El diario señaló que la decisión del Papa estuvo marcada por su visita a México y Cuba, algo que también fue publicado días atrás por el director del diario vaticano “L’Osservatore Romano”, Gian María Vian.

 

Vian escribió el pasado día 11, tras anunciar el Pontífice su renuncia, que la decisión “fue tomada hace ya muchos meses, tras el viaje a México y Cuba y tras examinar repetidamente su propia conciencia ante Dios”.

 

Lombardi, asimismo, no dio importancia a la información publicada hoy por un semanario italiano que asegura que Benedicto XVI decidió renunciar al papado el pasado 17 de diciembre, tras recibir un nuevo informe sobre el escándalo “Vatileaks”, de la fuga de documentos oficiales del Vaticano, que desvelaba una “fuerte resistencia” en la Curia romana a las medidas de transparencia pedidas por él.

 

La revista italiana “Panorama”, del grupo Mondadori, propiedad de la familia Berlusconi, narra que el 17 de diciembre de 2012 Benedicto XVI recibió a los tres cardenales que nombró para investigar la fuga de sus documentos personales y del Vaticano que acabaron publicados en el libro escándalo “Sua Santita” (Su santidad), del italiano Gianluigi Luzzi, y llevaron a la detención y condena del mayordomo de papa, Paolo Gabriele .

 

Según el semanario, el papa quedó “muy impresionado” con los informes y sólo tuvo fuerzas para contárselo a su hermano, George Ratzinger.

 

El NYT señala que el escándalo por la filtración de información confidencial era parte de una lucha de poder al interior del Vaticano por las facciones que querían socavar el cardenal Tarcisio Bertone, un abogado canónico y un ex arzobispo de Génova.