La renuncia del papa Benedicto XVI es la prueba irrefutable de la crisis que experimenta la Iglesia Católica, institución que se ha conducido bajo un régimen caduco que sólo persigue sus propios intereses, afirmó hoy el sacerdote y activista Alejandro Solalinde.
Durante una reunión de organizaciones de trabajadores, migrantes y defensores de los derechos humanos en la Universidad Obrera de Ciudad de México, el religioso señaló que en la Iglesia una sola persona, el Papa, podía “dictar cualquier orden, cualquier directriz desde arriba, con una estructura obviamente anacrónica, piramidal, de hace muchísimos siglos”.
“¿Ustedes creen que una persona por muy preparada que sea, por muy buena y santa que sea, podrá de veras darle vida y controlar a 1.200 millones de seres humanos? Pues esa institución ya tronó”, advirtió.
El activista dijo que la renuncia del papa le da “mucha alegría” y la considera la acción “de un hombre honesto que dijo ‘basta’ a esta estructura”.
“Esto confirma la necesidad de una conversión, una reestructuración de una institución que lejos de ser misionera y estar al servicio de las clases pobres y comprometida en la lucha de la gente para que coma y para que viva, con los trabajadores, con los campesinos, con los indígenas, se ha acomodado muy bien con las clases de arriba y esto tiene que cambiar”, sostuvo.
Alejandro Solalinde es el fundador el albergue de indocumentados Hermanos en el Camino, ubicado en Ixtepec, en el sureño estado de Oaxaca.
Su férrea defensa de los indocumentados, sobre todo los centroamericanos que atraviesan territorio mexicano para llegar hasta Estados Unidos, le ha puesto en peligro en varias ocasiones.
En mayo del año pasado tuvo que abandonar el país tras recibir amenazas de muerte y a pesar de que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) ordenó medidas cautelares en su favor en abril de 2010.