Una película muda, Blancanieves, fue la gran triunfadora de los Goya del cine español con diez galardones, en una gala en la que se habló mucho de política y de la situación en España y en la que la cubana Juan de los muertos se llevó el premio al mejor filme iberoamericano derrotando a la mexicana Después de Lucía.

 

Una gala de entrega celebrada anoche, en la que la política se mezcló con el cine y en la que el presidente de la Academia de cine española, Enrique González Macho, enarboló la protesta con un discurso en el que exclamó: “El cine no pertenece a ningún partido político (…) Es un derecho de los ciudadanos”.

EFE_MaribelVerdu

En el otro lado, un cuento hipnótico, una abstracción poética de Pablo Berger, Blancanieves, se ha llevado diez premios Goya, entre ellos mejor película, director, guión y actriz, el segundo de Maribel Verdú, por su antológica madrastra, pero la crisis le arrebataba el protagonismo.

 

Verdú fue una de las que tuvo palabras para ella, al dedicar su premio a la gente que “ha perdido sus casas, sus ilusiones e incluso su vida” en un “sistema quebrado, injusto y obsoleto”.

 

La actriz tomaba el relevo a Candela Peña, ganadora a mejor secundaria por Una pistola en cada mano, que dijo sobre el escenario: “Os pido trabajo. Tengo un hijo que alimentar”.

Llevaba sin trabajar tres años. “En estos tres años he visto morir a mi padre en un hospital público donde no había mantas para taparlo y le teníamos que llevar el agua”, dijo.

 

Por su parte Javier Bardem, subió al escenario como productor del documental Hijos de las nubes, sobre el Sáhara, y no perdía la oportunidad para superponer sus causas.

 

“En el Sáhara no se puede recortar en salud porque no hay hospitales, ni en educación ni cerrar escuelas porque no hay colegios. Ni echarles a la calle como aquí porque fueron desahuciados hace 35 años cuando les echaron. No podemos dejar que nos suceda aquí”, expresó.

Pero volviendo al cine, Lo imposible, de Juan Antonio Bayona, fue premiada con el galardón al mejor director para el realizador catalán, que llevó el Goya a las gradas para María Belón, protagonista real del milagro que inspiró la película.

 

Grupo 7 se hacía con dos premios para interpretaciones masculinas: abría la noche con el premio al mejor actor revelación, para Joaquín Núñez y completaba con el de mejor actor de reparto para Julián Villagrán.

 

El de actor protagonista era casi tan seguro como el Goya de Honor a Concha Velasco: José Sacristán ganaba por El muerto y ser feliz.

 

Y como siempre tiene que haber una perdedora, fue El artista y la modelo, de Fernando Trueba, que se iba de vacío con 13 nominaciones.

 

Amigos por siempre (Untouchable) suplía el disgusto de no haber sido siquiera nominada al Óscar con un premio Goya a la mejor película europea, y sus directores, Olivier Kanache y Eric Toledano, agradeciendo en español. (EFE)