El equipo político del presidente estadunidense Barack Obama lanzó un esfuerzo para recolectar 50 millones de dólares entre sus partidarios más ricos para impulsar la agenda de su segundo mandato, reportó hoy el diario The New York Times.
La campaña, denominada “Organizándose para la acción”, tiene el potencial de convertirse en una de las mayores operaciones de cabildeo de Washington, según el rotativo.
“Pero la campaña (…) ha sumido al presidente y a sus ayudantes a un limbo de financiamiento de campañas con pocas reglas claras, amplio potencial para influyentismo y ningún precedente real en la política nacional”, criticó.
El personal de la campaña ha dejado en claro que busca sumar sólo un número reducido de contribuciones por parte de donantes ricos, empezando por una aportación de 500 mil dólares por persona, de acuerdo con estrategas demócratas.
The New York Times señaló que la organización tiene un estatus libre de impuestos, por lo cual no aplican los límites federales de contribuciones, además tiene planeado dar a conocer los nombres de los donantes de manera voluntaria.
La campaña de Obama surge en momentos que el presidente impulsa una apretada agenda de temas en su segundo mandato, que históricamente es considerado como un periodo para establecer su legado político, sin las limitantes de enfrentar de nuevo a los votantes.
Entre las asignaturas prioritarias de su nueva agenda figuran la reforma migratoria, el control de las armas y el cambio climático, todos temas que enfrentan oposición de los sectores más conservadores del Partido Republicano.
El director ejecutivo del grupo, Jon Carson, dijo a donantes potenciales que los demócratas tienen posibles victorias políticas en los temas de armas y migración, según una revelación hecha al diario por participantes en una conferencia telefónica.
El presidente del grupo Common Cause, Bod Egdar, consideró que Obama está asentando un mal precedente con ese modelo de organización de apoyo a sus causas.
La Suprema Corte aceptó esta semana revisar la demanda de un empresario republicano que busca eliminar los topes de contribuciones de donantes individuales a las campañas políticas con el objetivo de que sean ilimitadas como con empresas y sindicatos.
Los donantes estadunidenses tienen un límite de aportaciones a las campañas políticas que ascendió a 123 mil 200 dólares en el pasado proceso electoral, incluidos 74 mil 600 dólares a los partidos políticos y 48 mil 600 dólares a campañas de candidatos federales.
Además un estadunidense puede aportar dos mil 500 dólares para candidatos en las elecciones primarias o dos mil 500 dólares para la elección general, así como cinco mil a los comités de acción política y otros 30 mil dólares extras a los partidos políticos nacionales.
Pero el empresario de Alabama, San McCutcheon, afiliado al Partido Republicano y presidente de Coalmont Electrical Development, busca derribar los topes para hacer aportaciones sin límite, similares a las aprobadas por la propia Suprema Corte hace tres años.
Su demanda, que es apoyada por el Comité Nacional Republicano, fue desestimada por un panel de tres jueces de una corte de apelaciones, pero los quejosos decidieron llevarla a la Corte.
Organizaciones independientes se quejaron que la actual estructura del financiamiento de las campañas políticas en Estados Unidos permite una influencia desproporcional del dinero en campañas políticas individuales.
Durante las pasadas elecciones, tanto las campaña del presidente Obama como de su rival republicano Mitt Romney decidieron no aceptar financiamiento público con el propósito de poder recibir contribuciones ilimitadas para los pasados comicios del 6 de noviembre.