La actuación de Adele, después de más de un año de retiro de los escenarios tras su maternidad, fue uno de los grandes momentos de la 85 gala de los premios Óscar, entregados esta noche en el teatro Dolby de Los Ángeles.

 

La interpretación de la cantante, ganadora del Óscar junto a Paul Epworth como autora del tema central de la película “Skyfall”, del mismo título, se inscribe dentro del homenaje con el que la Academia de Hollywood conmemora los 50 años de cine de James Bond con otra actuación mítica, la de la veterana Shirley Bassey con el clásico “Goldfinger”.

 

Adele y Paul Epworth lograron hoy romper la racha negativa y conseguir para James Bond su primer Óscar musical por la canción “Skyfall”, del filme del mismo nombre, una misión épica que tras medio siglo de películas del espía solo rozaron previamente tres artistas, entre ellos Paul McCartney.

 

 ‘Regala’ primer Óscar musical a Bond 

 

La británica, que se mostró muy emocionada al recoger el galardón, ofreció además su primera actuación en vivo después de más de un año de retiro en el que fue madre y en el que volvió a coronarse como la cantante que más discos vendió en todo el mundo.

 

Su último triunfo llega de la mano de su ficticio compatriota, quien es conocido -además de por el martini con vodka “agitado pero no revuelto”-, porque en cada una de sus 22 entregas fílmicas ha sido arropado por una exhuberante carta de presentación musical, como ha mostrado el homenaje ofrecido esta noche durante la gala de los Óscar de Hollywood.

 

“La música de Bond es un género que hace que se acelere el corazón”, destacó durante ese tributo Halle Berry, una de las más célebres chicas de la saga, antes de la actuación de Shirley Bassey, quien a sus 76 años es la artista que más veces ha regalado su talento vocal a 007.

 

De las propuestas más clásicas, como la de Nancy Sinatra (You only live twice”) y Gladys Knight (“Licence to kill”), a las más contemporáneas, con Madonna (“Die another day”), Garbage (“The world is not enough”) o el tándem de Alicia Keys y Jack White (“Another way to die”, de “Quantum of Solace”), son muchos otros los famosos que han puesto su talento “al servicio de Su Majestad”.

 

Incluso los irlandeses Bono y The Edge, de U2, contribuyeron a la gloria de Bond (componiendo el tema central de “Goldeneye”, que cantó Tina Turner), así como los estadounidenses Sheryl Crow (que coescribió e interpretó “Tomorrow never dies”) y el líder de Soundgarden Chris Cornell (que hizo lo propio en la reciente “Casino royale” con el tema “You know my name”).

 

Y a pesar del relumbre de la nómina, solo tres temas consiguieron una nominación antes que Adele: “Live and Let Die” de McCartney; “Nobody Does It Better”, compuesto por Marvin Hamlisch y Carole Bayer Sager e interpretado por Carly Simon; y “For Your Eyes Only”, de Bill Conti y Michael Leeson, con la voz de Sheena Easton.

 

Ni siquiera John Barry, con cinco Óscar, logró la estatuilla dorada para 007 pese a haber dirigido la orquesta que grabó el emblemático “The James Bond Theme” en la inaugural “Dr. No” (1962) y de haber escrito once de sus 23 bandas sonoras, amén de canciones memorables como “Diamonds are forever”, “Goldfinger” y “Moonraker”, las tres con Shirley Bassey.

 

También de Barry fueron los temas que, ya en los años 80, interpretaron dos bandas paradigmáticas de la década, Duran Duran (“A view to kill”) y A-ha (“The living daylights”).

 

Y la lista de ilustres aportaciones no acaba ahí. Más allá del tema central, fueron muchos más los artistas que participaron en las bandas sonoras de James Bond, como Louis Armstrong, Dionne Warwick, Dusty Springfield, The Pretenders, Patti Labelle y k.d. lang, un panorama que -pese a la escasez final de Óscars- se antoja idóneo para matar o dejarse morir.