Si bien los ciudadanos aprecian de manera positiva el papel del Instituto Federal Electoral (IFE) en las elecciones, como organizador y promotor del voto, también lamentan que la democracia se reduzca al acto de votar, reveló un estudio.
De acuerdo con una investigación sobre el impacto del “Nuevo modelo de comunicación del IFE en la promoción y fomento de actitudes y valores democráticos”, los promedios favorables más altos para el instituto se registran en aspectos como la educación de la ciudadanía y difusor de información sobre el proceso de la credencialización.
Respecto a la confianza ciudadana, ésta se sitúa en el quinto lugar, con promedio de 3.6 en escala de uno a cinco (con media teórica de 3), por debajo de la familia, la Universidad Nacional Autónoma de México, el Ejército y la Comisión Nacional de los Derechos Humanos.
Sin embargo, señaló la investigación, -los ciudadanos consultados- la sitúan por encima de otras instituciones de la democracia representativa, como el gobierno federal o el Poder Legislativo.
El estudio que hizo dichos hallazgos lo llevó a cabo un grupo de investigadores de la Universidad Iberoamericana, a petición del propio Instituto Federal Electoral.
En el periodo de reflexión y estudio que normalmente sigue a la jornada electoral, el IFE encargó esa investigación, para conocer el impacto del modelo de comunicación vigente en dos aspectos centrales: las campañas institucionales del árbitro electoral y los spots de los partidos políticos.
Los promedios más bajos se registran en relación con la capacidad del IFE para asegurar la equidad para todos los participantes en las elecciones, así como en su incapacidad para administrar de manera equitativa los tiempos mediáticos.
Además existe una percepción de falta de equidad y de irregularidades en el proceso electoral pasado. A ello se le agrega que los ciudadanos observan falta de sanciones a los infractores, lo que “erosiona” la credibilidad en las autoridades electorales y provoca alejamiento de las urnas.
Los investigadores encontraron que los ciudadanos demandan información más amplia sobre el proceso electoral, por ejemplo, una minibiografía de los candidatos; ver las consecuencias de la comisión de delitos electorales, e información sobre cómo participar más allá del proceso electoral.
Respecto al actual modelo de comunicación, se plantea, utilizar a figuras públicas como deportistas y escritores, y dejar a un lado a quienes se dedican a la farándula, para lograr más credibilidad, así como fomentar actitudes democráticas no relacionadas con el voto.
Según los investigadores, destaca la petición de que se muestren consecuencias reales de la comisión de delitos electorales. “Eso es muy importante, pues se quiere ver una historia de éxito en relación con la buena conducta cívica y una o más de sanción frente a la actuación ilegal”, destaca el estudio.
En lo que se refiere los spots partidistas, se encontró que los spots sí podrían ser idóneos para conocer las propuestas de candidatos, pero que desafortunadamente no se utilizaron de esa forma.
Entre las principales razones por las cuales los spots partidistas no logran su meta de difundir ideas, según el estudio, están: la poca recordación de spots en específico, por la gran cantidad que hubo.
Además de: la poca diferenciación entre propuestas de los distintos partidos y candidatos, “todos ofrecían lo mismo: más empleos, seguridad y educación”; y que: “sólo utilizan los spots para atacarse entre ellos”.