El presidente Hugo Chávez regresó al país hace una semana tras meses de incertidumbre mientras se atendía de un cáncer en Cuba, pero su retorno no ha calmado a los venezolanos ni ha puesto fin a la confusión y las especulaciones sobre su estado.

 

De hecho hay analistas que comienzan a hablar de un estado de «alucinación colectiva» en la población motivado por la falta de noticias o afirman que el gobierno está aprovechando la situación para promover la creación de un «culto religioso» en torno al mandatario.

 

Si bien han circulado cartas y tuits atribuidos a Chávez y distintos funcionarios dicen haber mantenido largas reuniones con él, no han circulado fotos y ni siquiera figuras tan allegadas como el presidente boliviano Evo Morales han podido ver al mandatario de 58 años.

 

Los rumores abundan desde se anunció que se le había extraído a Chávez un tumor cancerígeno de la región pélvica en una operación en Cuba. Se ha dicho que tuvo un ataque cardíaco, que entró en un estado de coma e incluso que falleció.

 

Algunos analistas afirman que el silencio desde que Chávez regresó el 18 de febrero ha generado una suerte de «alucinación colectiva» en la que el país se ha ido sumergiendo poco a poco luego de casi dos años de hermetismo en torno a la salud del mandatario desde que se le detectó un cáncer.

 

Dicen que el silencio dispara la fantasía de los venezolanos, algunos de los cuales han llevado el fervor hacia el gobernante a niveles de «culto religioso».

 

La falta de información oficial sobre el estado Chávez choca con una intensa campaña que ha desplegado el gobierno en la televisora estatal y demás medios públicos desde la semana pasada en la que se muestra las fervorosas y emocionadas concentraciones de apoyo que realizaron seguidores de Chávez en el centro de la capital y frente al hospital militar Carlos Arvelo el día de su regreso.

 

«Yo en realidad creo que en verdad el hombre está aquí. Pero no lo he visto. No sé si él está vivo o está muerto como todo el mundo lo dice porque en verdad no lo hemos visto», expresó José Eduardo Cánico, un taxista de 42 años. Agregó que la ola de rumores se acabaría si Chávez «sale y da su cara».

 

Kirya Ramos, una empleada del Instituto Nacional Nutrición, organismo estatal, de 40 años, dijo que lo vio a su arribo al aeropuerto internacional Simón Bolívar de Maiquetía proveniente de Cuba.

 

«Se creó tal nivel de alboroto en Vargas (que hizo que) muchas personas nos movilizáramos y vimos cuando (Chávez) venía bajando las escaleras (del avión) con una de sus hijas en un brazo, y con la otra hija tomada de la mano», relató la empleada pública.

 

Precisó que llegó a estar a casi 100 metros del avión presidencial y pudo divisar claramente a Chávez pues su teléfono tiene una cámara que le permitió ampliar la visión en el lugar.

 

El sociólogo y profesor de la Universidad Católica Andrés Bello en Caracas, Antonio Cova, afirmó que «no hay nada de extrañar» en el hecho de que surjan versiones de personas dicen ver ven a Chávez en sitios públicos porque es una consecuencia de la suerte de «culto religioso» que ha promovido el gobierno de la figura del mandatario.

 

Cova dijo en entrevista telefónica que muchos de los seguidores del gobernante están actualmente en un «estado de exaltación religiosa», y es muy posible que ante esta situación se den diversidad de versiones de apariciones de Chávez.

 

«Una nación en la cual unos ven al presidente y otros no lo ven es una nación que obviamente es víctima de un estado de alucinación colectiva. Tan alucinado es el que dice que Chávez está muerto como el que dice que lo vio caminando», indicó el sociólogo y articulista Tulio Hernández.