El hermetismo del SNTE fue total. “No habrá entrevistas”, “no tenemos indicación alguna”, fue la respuesta una y otra vez. La situación fue la misma en las oficinas sindicales en la Ciudad de México y en la capital jalisciense, donde a pesar de la ausencia de la maestra dio inicio la reunión de consejeros nacionales.
Desde las primeras horas de este miércoles sólo un grupo de guardias se encontraba en las oficinas de la calle de República de Venezuela, en el Centro de la Ciudad de México. “Todos están reunidos allá” -en Guadalajara- fue la explicación.
Por la madrugada, en el hotel Fiesta Americana de Guadalajara, Juan Díaz de la Torre, el secretario general del sindicato, ratificó la lealtad del gremio a su dirigente: “Actuaremos con congruencia a nuestros principios y responsabilidad frente a la nación, a nuestra dirigente, la maestra Elba Esther Gordillo, le ratificamos nuestra lealtad, nuestro cariño y nuestra solidaridad”.
Por la tarde se planteó la posibilidad de un encuentro entre Díaz de la Torre con el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, la cual habría sido solicitada por este último. Hasta el cierre de este diario la versión no fue confirmada.
Sólo Paulino Nivón Velázquez, dirigente en la Sección 47 de Jalisco, en aquella entidad se atrevió a emitir una opinión al calificar la detención de Gordillo como “un ajuste de cuentas… Es un golpe para el magisterio, no sólo para la indiciada. Nosotros lo sentimos como una agresión del aparato de Estado”, declaró a los medios. En las horas siguientes y hasta el cierre de esta edición el silencio fue la constante.
SUCESIÓN EN PUERTA
A un día de la detención de Elba Esther Gordillo Morales, ya se barajan los nombres de quienes podrían sucederla para ocupar la presidencia del SNTE.
De su círculo más cercano, los más mencionados son Juan Díaz de la Torre, actual secretario general, además de José García y Silvia Luna García, él coordinador del Colegiado Nacional de Asuntos Laborales y ella integrante del CEN, respectivamente.
Además se alude a figuras como Carlos Moreira -hermano del ex dirigente del PRI, Humberto Moreira-, quien se integró al CEN en octubre pasado, cobijado por la cúpula sindical, y Fernando González, yerno de Elba Esther y ex subsecretario de Educación Básica. Sin embargo, en 2008 el ex funcionario se habría enfrentado a Mónica Arriola, hija de la maestra.
De los personajes externos destacan el propio Carlos Jonguitud, hijo del ex dirigente magisterial y actual dirigente del Sindicato de Trabajadores de la Educación (STE), que agrupa a 290 mil docentes.
Además, varias fuentes apuntan a Miguel Ángel Yunes Linares, ex director del ISSSTE y hoy adversario de Gordillo, quien podría encabezar un movimiento político para ocupar la presidencia magisterial.
¿PRESIDENTA VITALICIA?
En 2004, Elba Esther Gordillo modificó los estatutos generales del SNTE para crear la figura de presidenta vitalicia del CEN, quedando establecido que la designación de los dirigentes sindicales nacionales sólo se hará “en circunstancias especiales y previo a acuerdos del congreso o consejos nacionales”. Gracias a esto, la lideresa pudo relegirse en 2007 y 2012.
Sin embargo, para la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) y el Consejo Ejecutivo Nacional Democrático (CEND-SNTE) esta figura deberá desaparecer una vez que Gordillo deje el cargo.
“El cargo de presidenta vitalicia es una cargo que se inventa en el último congreso para darle todavía cabida y vigencia dentro del SNTE a la señora. Y por lógica, a una persona a la que se le demuestra que no tiene la calidad moral para formar parte de una organización sindical tan importante”, señaló Juan José Ortega Madrigal, secretario general de la sección 18 de la CNTE en Michoacán.
Con él coincidió Artemio Ortiz, dirigente de la disidencia del SNTE, quien subrayó que no permitirán una imposición ni de la gente cercana a la dirigente ni del gobierno. Por ello, están organizando el Congreso Nacional del Base, en el que los maestros de todo el país votarán por el nuevo dirigente nacional y así comenzar la reconstrucción del sindicato. GABRIELA RIVERA