Cuando el joven secretario de Acuerdos, Jorge Alberto Bernal Reyes, le informó que la Procuraduría General de la República la acusaba de delincuencia organizada y lavado de dinero, Elba Esther Gordillo sonrió, movió la cabeza en negación, miró hacia arriba y exclamó: “Ay Dios”.
Vestida con el uniforme reglamentario de las internas de la cárcel de mujeres de Santa Martha Acatitla, en punto de las 12:55 horas la líder del magisterio supo que debido a la gravedad de los cargos, no alcanza la libertad bajo fianza.
En los primeros 14 minutos de aparecer tras la rejilla de prácticas, junto con Isaías Gallardo Chávez y José Manuel Díaz Flores, el rostro de Gordillo Morales reflejaba cansancio e incredulidad, se veía como derrotada. Sin embargo, tras pedir unos minutos para hablar con su defensa, reapareció relajada, con tiempo para sonreír y hasta para bostezar, producto de las pocas horas para dormir y de su primera larga noche que pasó en el penal femenil del oriente de la Ciudad de México.
Ayer, en el Juzgado Sexto de Procesos Penales Federales, con sede en el Reclusorio Oriente, el juez Alejandro Caballero Vertiz les informó a los tres inculpados que el Ministerio Público federal los acusa de violación a la Ley Federal Contra la Delincuencia Organizada y Operaciones con recursos de procedencia ilícita.
Gordillo Morales, Gallardo Chávez y Díaz Flores se reservaron su derecho a rendir su declaración preparatoria y solicitaron la ampliación del término constitucional para la definición de su situación jurídica, por lo que será hasta el lunes a las 22:50 horas cuando se decida si se le inicia juicio en su contra o no.
Las peticiones
La primera audiencia de Gordillo duró 27 minutos, lapso en el que se dio tiempo para sonreír seis ocasiones, agradecer cuatro veces al secretario de acuerdos y hasta bostezar en tres momentos. Empero, en esta casi media hora nunca supo el nombre de sus abogados, Arturo Germán Rangel y José Rigoberto González Sánchez.
Con el cabello recogido con una liga, maquillada con cosméticos prestados y vestida con una blusa de manga corta y cuello de tortuga, color crema, la líder del SNTE se limitó a asentar con la cabeza la lectura de los motivos por los que fue aprehendida.
Le presentaron seis anexos, con documentales sobre los movimientos bancarios que se realizaron de cuentas del sindicato de maestros a sus cuentas personales.
Pasados 14 minutos, le preguntaron si quería declarar algo en torno a los delitos que se le imputaban y Gordillo respondió que no.
Y tras reservarse su derecho a declarar y pedir que sean sus abogados los que se hagan cargo de ello, la maestra pidió hacer una reflexión más:
“Tengo un problema de salud que amerita que yo esté supervisada por mi médico, padezco de un riñón, tengo un solo riñón porque el otro lo doné… estoy solicitando la atención médica de mi doctor en el interior del penal, porque sabe qué puedo comer, qué no puedo comer, por un problema renal, por problemas porque tuve hepatitis C y porque padezco hipertensión”.
Por su parte, Isaías Gallardo Chávez también solicitó medicamentos, debido a que padece diabetes. “Deseo expresar mi necesidad de que me hagan llegar mis medicamentos, ya que soy diabético e hipertenso”, dijo.
Y José Manuel Díaz Flores no solicitó medicina, sino que le devuelvan su portafolio y sus dos teléfonos celulares, que le aseguraron los policías federales que lo aprehendieron.
“Lo único que quiero decir es que la gente que me detuvo se llevó mi portafolio y lo quiero recuperar, y mis dos celulares también, quienes se comprometieron a entregármelos en este juzgado”.
Esta audiencia preparatoria concluyó a las 14:32 horas, es decir, una hora y 40 minutos después de comenzada.
Expediente
Documentos base para el libramiento de órdenes de aprehensión
Informes parciales del 14, 15 y 16 de febrero de 2013 realizados por policías federales sobre investigaciones federales.
Dos dictámenes, de 21 y 22 de febrero, en materia de contabilidad, realizados por peritos del SAT y de la PGR.