Irma Arely Garcés Flores, madre de una de las 14 víctimas de atropellamiento que cada día se suscitan en la Ciudad de México, proyecta instalar un diminuto monumento póstumo (un cenotafio) junto al carril del Metrobús que recorre la avenida Insurgentes, a la altura de la calle Monterrey, en la colonia Roma.

 

El ícono callejero honraría la memoria de Ulises Núñez Garcés, oficinista de 20 años, que el pasado 25 de enero fue arrollado por una unidad de ese sistema de transporte y cuyo conductor fue liberado bajo fianza por un juez, aun contando con antecedentes penales por el delito de “robo a transeúnte”, según consta en un documento oficial.

 

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Dice Irma Arely a 24 HORAS:

”Quisiera poner sobre el camellón no una simple cruz que pueda parecer anónima, sino poner algo para que a ninguna otra persona le pasara lo que a mi hijo y que ninguna otra familia sufriera lo que nosotros…”

 

Por ahora, la agobiada mujer emprende algo que considera prioritario: lograr que el jefe de gobierno capitalino, Miguel Ángel Mancera, la apoye en su reclamo de justicia contra la empresa paraestatal que opera la Ruta 1 del Metrobús.

 

 FOTO: DANIEL PERALES

 

De acuerdo con familiares de Ulises, la tarde del viernes 25 de enero, con la luz del semáforo a su favor, el joven cruzaba Insurgentes, sin percatarse de que el chofer ignoraba la señal roja y seguía de largo, para causarle con un golpe en el cráneo el mal que cinco días después lo llevaría a la muerte, el 30 de enero.

 

 

FOTO: DANIEL PERALES 

 

“Sé que ninguna indemnización me devolverá a mi hijo; pero necesito protestar contra el salvajismo de esos choferes que se salen con la suya, aunque sean delincuentes”, puntualiza la señora Garcés Flores.

 

Hasta hoy, la versión oficial del incidente muestra contradicciones: si bien el concertador político del GDF, Alejandro Martín Juárez, y el fiscal de la procuraduría local, José Rodríguez, han reconocido ante Irma Arely que el conductor de la unidad “se pasó el alto”, el director de Metrobús, Guillermo Calderón, acusa al fallecido de haber cruzado la calle “con imprudencia”.

 

 

SECUENCIA TRÁGICA

 

El cenotafio de Núñez Garcés formará parte de un sinnúmero de pequeños monumentos –cruces y capillitas, especialmente– que la ciudadanía ha ido erigiendo en distintas calles y jardines de esta ciudad; una metrópoli donde se suscitan cada año 17 mil accidentes de tránsito, equivalentes a un promedio de mil 700 muertos, cuatro por día.

 

 FOTO: DANIEL PERALES 

 

En el caso del Metrobús, la cifra de víctimas de choques o atropellamientos es de 50 por año; un promedio de una por semana. Como ejemplos recientes, el 30 de enero, otra unidad del Metrobús arrolló a un policía de tránsito en el cruce de Paseo de la Reforma e Hidalgo, causándole lesiones, mientras que el 25 de febrero, en la colonia Narvarte, 16 personas resultaron heridas durante el encontronazo entre otra unidad y un auto compacto.

 

Los 35 mil microbuses que circulan en el Distrito Federal encabezan las listas de accidentes del transporte, mostrando que durante 2012 la policía tomó conocimiento de 907 choques de estas unidades, de los cuales resultaron un promedio de 17 víctimas por semana.

 

 FOTO: DANIEL PERALES

 

Como ejemplos recientes, el pasado 6 de febrero fue arrollada por una unidad de la Ruta 60 la ciclista Isle Mariel Alonso Leal, en cuya memoria se erigió un peculiar cenotafio –una bicicleta pintada de blanco– en la esquina de Aztecas y Delfín Madrigal, en la Delegación Coyoacán.

 

Dos semanas después, el 25 de febrero, la estudiante Stephanie Alba Leal, y su madre, Dolores Leal Zúñiga, fueron atropelladas en la colonia La Forestal, en Gustavo A. Madero, por un microbús de la Ruta 18 cuyo conductor se dio a la fuga, dejando a su primera víctima muerta sobre el pavimento y a la segunda con lesiones graves.

 

 

 

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