El príncipe Harry, famoso por sus excesos, bromas y escándalos; nos presentó otra faceta de lo que es su vida, su experiencia en el frente de guerra en Afganistán como piloto artillero en los helicópteros Apache.

 

La cadena inglesa BBC Entertainment, transmitió ayer un documental sobre su misión en la base británica más grande en Afganistán, Camp Bastion. Como cualquier otro soldado, Harry tuvo que abrir fuego cuando se requería “Si hay gente tratando de hacer algo malo contra nuestros muchachos, entonces los ponemos fuera del juego”, con lo que aceptó que disparó y mató a algunos talibanes durante las 20 semanas que estuvo en operación.

 

“Cobrarse una vida para salvar una vida, es en lo que supongo consiste”, declara el Capitán Wales, como se le llamaba a Harry mientras estuvo en combate.

 

Para los operativos, manejó armas sofisticadas como los misiles aire-tierra Hellfire, cohetes y ametralladoras. Si bien no tuvo ningún trato especial y compartió habitación con sus compañeros de escuadrón, reconoció que generaba demasiada expectativa en los soldados de la base cuando salía de su unidad. “Esto es lo más normal (refiriéndose a su vida cotidiana) a lo que voy a llegar”.

 

Para rematar sobre el tema, el príncipe Harry dejó en claro la lealtad a Gran Bretaña “nuestro servicio a nuestro país en las fuerzas armadas, siempre son lo primero”.

 

En el programa habló también sobre su escándalo en Las Vegas, y aceptó: “no estuve a la altura. Decepcioné a mi familia”.

 

El príncipe Harry es el primer miembro de la familia real que acude de manera activa a un combate desde que Andrés, el duque de York, participó en la guerra de las Malvinas.