TAPACHULA. En México, es sólo un año, hubo 11 mi secuestros, reportó el presidente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), Raúl Plascencia Villanueva.
En el Foro de Migración y Trata de Personas que se inició hoy en esta ciudad, el titular del organismo aclaró que aún se están actualizando los datos y que la cifra corresponde al más reciente registro de la CNDH.
El ombudsman indicó que la trata de personas se ha convertido en el tercer delito que más ingresos deja a la delincuencia organizada.
Además, dijo que los integrantes del crimen organizado se han modernizado porque ahora utilizan la tecnología y las redes sociales para atraer a sus víctimas.
“En México, unas 16 mil personas son objeto de esa moderna esclavitud”, lamentó.
La frontera sur, “por su alta porosidad, abandono, condiciones asimétricas y desiguales a lo que ocurre en el norte, propicia no sólo el tráfico de personas, sino también otros ilícitos graves, motivo por el cual requiere de una atención urgente de las autoridades”, planteó.
Ante legisladores federales y representantes de organizaciones sociales, apuntó que “la migración es un fenómeno con una alta vulnerabilidad, tanto que hay grupos delincuenciales y servidores públicos que suelen afectarles”.
“Es un problema invisible por la falta de regulación oficial, ya que generalmente las víctimas no acuden a denunciar por el gran temor que tienen”, indicó.
En su participación en el foro, estimó que unos 16 mil menores son objeto de trata, razón por la que consideró urgente atender el problema que se registra sobre todo en las fronteras del país y Acapulco, Guerrero, y Cancún y Cozumel, Quintana Roo.
“Hay muchos planes y discursos, pero pocas acciones para la prevención del delito”, sostuvo el ombusdman, y pidió hacer efectiva la aplicación de la legislación existente para el combate a esos delitos.
Además, hizo un llamado a los poderes Legislativo y Ejecutivo a caminar en una sola dirección para abatir esa problemática y otras tantas que afectan al país.
Al referirse a los inmigrantes que cruzan la frontera sur con destino a Estados Unidos, señaló que la vulnerabilidad los hace víctimas no sólo de trata, “sino también de grupos delincuenciales y de las propias autoridades que violan sus derechos humanos”.