En un año no electoral, como es 2013, el IFE utilizará $7 mil 277 millones; eso sin contar el financiamiento público de los partidos políticos que, por medio del árbitro electoral, se da cada mes a PRI, PAN, PRD, Panal, MC, PVEM y PT. Contando ese dinero, suman $11 mil 19 millones.
El IFE cuenta con una plantilla de cerca de 16 mil personas en todo el país.
Del total presupuestado, 84.3% es destinado a su operación cotidiana. Es decir, para que el Instituto camine aunque no haya elecciones necesita $6,135 millones.
A esa cantidad se le deben sumar $1,141 millones para proyectos específicos como la actualización de los procesos registrales electorales, desarrollo de los valores democráticos, promoción de la participación ciudadana y la educación cívica, innovación y cambio institucional e infraestructura.
El ex presidente del IFE Luis Carlos Ugalde señaló que la reforma electoral de 2007 no atacó los problemas de fondo: gasto creciente en las campañas, clientelismo electoral y pago encubierto en la prensa, y esto contribuye a que las contiendas sean cada vez más caras, eso genere desconfianza en la población y obliguen al IFE a tener una Unidad de Fiscalización y un área para distribuir spots partidistas. La Unidad de Fiscalización tiene un presupuesto de $105 millones en 2013.
El consejero Lorenzo Córdova, en la sesión en que se aprobó el presupuesto del IFE para 2013, señaló que hay quienes sin conocer qué hace el IFE critican su costo: “El IFE, haya o no procesos electorales federales, administra el Registro Federal de Electores, no sólo la base de datos personales más importante del país, sino también el instrumento de identidad fundamental de los mexicanos. Además, administra los tiempos del Estado en radio y televisión para fines electorales”.