La herencia del presidente Hugo Chávez Frías para los venezolanos son crisis económica, incertidumbre social y política, así como riesgos de que le reduzcan su calificación soberana, un índice de confianza para el mundo y las inversiones, por problemas civiles.

 

Chávez Frías, fallecido ayer en Caracas por un cáncer en el pelvis, dejó una economía venezolana dislocada, sumida en una crisis financiera y en una incertidumbre general, asegura Luis Mata Mollejas, presidente de la Academia Nacional de Ciencias Económicas de Venezuela (ANCE).

 

Por su parte, la agencia calificadora Moody’s se adelantó a la noticia y aseguró hace unos días que la muerte del mandatario socialista no tendrá un impacto inmediato sobre la calificación crediticia del país.

 

“La estabilidad económica del país dependerá del próximo gobierno, el cual será asumido por el presidente de la Asamblea Nacional -o el parlamento- en las próximas horas”, manifestó el economista en una entrevista vía telefónica con 24 HORAS.

 

“Revisamos el panorama de Venezuela a negativo en enero, en anticipación a los riesgos asociados con la transición política, en caso de que muriera”, comentó Aaron Freedman, analista soberano senior de la agencia Moody’s Investors Service.

 

“Así que cualquier nueva acción dependería de que esos riesgos se materialicen”, comentó el especialista.

 

Chávez falleció a los 58 años en la capital venezolana, tres meses después ser sometido en Cuba a su cuarta operación de la cual no se recuperó y le truncó un cuarto mandato consecutivo de su gobierno socialista en la potencia petrolera de América Latina.

 

DISLOCADOS

 

“Diosdado Cabello, presidente del Parlamento venezolano, está obligado a nombrar un gabinete, el cual seguramente será el mismo que tuvo Hugo Chávez cuando gobernaba y estaba en el poder”, manifestó el economista venezolano encargado de una entidad pública y financiada por el Banco Central de Venezuela (BCV).

 

“No sabemos qué va pasar con el futuro político del país, porque de momento hay una incertidumbre general, además la economía está totalmente dislocada”, manifestó Mata Mollejas.

 

El responsable de la Academia recordó que el BCV estimó un crecimiento de 5.5% en 2012, pero “es un país que vive de las importaciones, con una elevada deuda pública, así como reportaba un desabasto de alimentos”.

 

Cifras del banco central revelan que la deuda externa del gobierno venezolano se ubicó en 105 mil 799 millones dólares en 2012, aun cuando el precio promedio del barril del petróleo fue de 103 dólares.

 

El diario El Nacional, de Venezuela, informó en enero de este año que el aumento del gasto público y el incremento de la deuda han alimentado un déficit fiscal que cerró 2012, de acuerdo con cálculos de economistas consultados por el periódico, entre 14% y 15% del producto interno bruto, el más alto en la última década.

 

Moody´s coincide en que las finanzas venezolanas tenían un deterioro en algunos de los principales indicadores macroeconómicos en 2012, especialmente en el déficit fiscal. Moody´s estima que el déficit fiscal 2012 de Venezuela equivalía a casi 11% del PIB, frente al 4% de 2011.

 

“La brecha entre los ingresos y los gastos ha venido ampliándose en un contexto económico nunca antes vivido: un precio de barril de petróleo que se mantuvo por encima de los 100 dólares”, explicó el diario.

 

“Ante la bonanza, el Gobierno aplicó lo que los especialistas consideran una agresiva política expansiva que ya no puede ser cubierta sólo con la renta petrolera, generadora de 95% de los recursos que recibe el país. El endeudamiento se convirtió en la herramienta preferida para reducir los desequilibrios fiscales”, agregó.

 

El incremento de la deuda fue producto de un mayor gasto por parte del gobierno por las elecciones presidenciales y estatales, que superaron con amplitud el ingreso petrolero y la recaudación del Servicio Nacional Integrado de Administración Aduanera y Tributaria (Seniat).

 

El 8 de febrero de 2012, Jorge Giordani, ministro de Planificación y Finanzas de Venezuela, anunció que el bolívar se devaluaba 46.5%.

 

“Todos sabemos que hay un patrón único de 4.3 bolívares por dólar y se tomó la decisión de pasarlo a 6.3 bolívares por dólar”, señaló Giordani, quien mostraba la instrucción firmada por el presidente, Hugo Chávez, quien se encontraba en Cuba recuperándose de una operación.

 

¿FUGA DE CAPITALES?

 

—¿La devaluación del bolívar envía una señal de crisis económica en Venezuela?—, se le cuestionó a Luis Mata Mollejas.

 

—Claro. El dólar se compra a 26 bolívares en la calle y el oficial está a seis bolívares, esos son indicios claros de crisis financiera.

 

El presidente del ANCE dijo que desconoce si hubo una salida de capitales ayer martes o en los últimos años, ya que el control de cambios no lo permite saber.

 

“Lo único conocido en Venezuela es la cotización del tipo de cambio y la fuga de capital no se conoce cuál es su comportamiento ni hoy ni en las últimas sesiones”, expuso el economista.

 

—¿Venezuela cuenta con los elementos para blindarse se agrave la crisis económica?

 

—Depende mucho de lo que vaya adoptar el nuevo gobierno, no sabemos quién será y ni tampoco cuáles son sus líneas de conducción de gobierno. Lo único cierto es lo establecido en la constitución venezolana que el Congreso debe convocar a elecciones en los próximos días. Todo seguirá de una forma muy parecida hasta que se restituya la autoridad del estado.

 

En enero pasado, la agencia de calificación ponía en perspectiva negativa la calificación de la economía venezolana, ya que había una difícil transición política y social por la recuperación de Chávez.

 

“La perspectiva negativa también considera el riesgo de disturbios civiles (…) La oposición no se quedará de brazos cruzados si perciben que los chavistas tratan de consolidar un gobierno a través de medios extra-constitucionales”, agregó Moody´s.