Resulta extraño encontrar que una empresa que fue reconocida e identificada como una de las más innovadoras en materia de tecnología, como lo es Yahoo, dé marcha atrás a una forma de trabajo basada en la tecnología, como lo es el teletrabajo. Hace unos días, la dirección de Yahoo informó sin dar más detalles y con un hermetismo decimonónico, que una nueva política de empresa requería que todos sus trabajadores estuvieran en la oficina, es decir, que se les obligaba a trasladarse a las oficinas de la compañía.

 

Mucho se ha especulado sobre las verdaderas razones de este paso considerado hacia atrás, pues el teletrabajo se ha convertido en parte de muchas empresas de alta tecnología, sobre todo para aquellas que están centradas en los beneficios de las herramientas y software de colaboración basados en la web. Los especialistas señalan que, si bien es una decisión impopular y contraria a las prácticas de la industria tecnológica, parece que se volvió necesaria para poner un poco de orden en la empresa y revivir de nuevo el proceso creativo, que se estaba viendo afectado por no poder compartir las ideas en persona. Además, la empresa señala que tiene un gran número de personas que trabajan de forma remota, y muchas de estos trabajadores “no son productivos”. En definitiva, que el espíritu de colaboración y el compañerismo, propio de las start ups, ya se había desvanecido. Sería la forma de devolver a Yahoo la chispa innovadora que tuvo años atrás. Otra de las razones por las que se ha tomado esta decisión es porque algunos empleados abusaron de la anterior política que permitía fundar nuevas empresas al tiempo que recibir el salario de Yahoo.

 

En cambio, otros expertos señalan que esta decisión revela una falta de confianza en su gente, pues si algo caracteriza al teletrabajo es que el trabajo se puede realizar desde cualquier lugar. Es más, si hay personal improductivo, éste será igual en cualquier parte. Esta decisión puede provocar que algunos de sus mejores empleados decidan abandonar el barco por una política de control, que lejos de mejorar el clima y la moral de los empleados, haga sentir que se duda de su compromiso con la empresa.

 

Según otros expertos, la prioridad de Yahoo debería pasar por encontrar una mejor forma de trabajar, y no exigir a sus empleados dónde debe realizar su trabajo. Esto quiere decir que el problema de Yahoo viene de una mala planificación de su equipo y una implementación escasa de la tecnología adecuada. Aunque, curiosamente, algunos empleados de Yahoo están conformes con la medida, puesto que consideran que esta política sólo afectará a aquellos que trabajaban a distancia de manera permanente, y que aquellos que visitan habitualmente las oficinas podrán realizar su trabajo desde casa los días que lo necesiten. Lo interesante es escuchar a otros empleados, de forma anónima pues les está prohibido hablar de asuntos internos, y ex empleados sobre esta polémica decisión. Dicen que es una manera de reducir costes pues saben que muchos empleados no van a aceptar estas nuevas condiciones de trabajo y renunciarán, reduciendo así la plantilla.

 

Yahoo, fundada sobre las infinitas posibilidades de la tecnología y la innovación, parece estar tratando de distanciarse del debate en Estados Unidos sobre la flexibilidad laboral, y va contracorriente en un escenario donde las políticas laborales se flexibilizan para atender las responsabilidades familiares fuera del trabajo. ¿O acaso estamos asistiendo al retroceso de una tendencia tecnológica?