ROMA. Doce cardenales no deben ser considerados “papables”, ya que no afrontaron con suficiente rigor los casos de clérigos pederastas, quitaron importancia y rechazaron reunirse con las víctimas, dijeron ayer en Roma Barbara Doris y David Clohessy, de la Red de Supervivientes de Personas que sufrieron Abusos por Sacerdotes (SNAP, por sus siglas en inglés).

 

La SNAP convocó a la prensa en Roma para dar la lista, que llamaron de “la sucia docena”, coincidiendo con la celebración en el Vaticano de las congregaciones generales de cardenales, preparatoria del cónclave que elegirá al sucesor de Benedicto XVI.

 

Según la asociación, los cardenales que no deben ser elegidos Papa son el mexicano Norberto Rivera Carrera, el hondureño Óscar Rodríguez Maradiaga, los estadunidenses Timothy Dolan (Nueva York), Donald Wuerl (Washington) y Sean O’Malley (Boston) y el argentino Leonardo Sandri.

 

Tampoco deberían ser elegidos los italianos Angelo Scola (Milán) o Tarcisio Bertone (camarlengo), el australiano George Pell, el checo Dominik Duka, el canadiense Marc Ouellet y el ghanés Peter Turkson.

 

Esos cardenales, todos electores y varios de ellos considerados “papables”, es decir, que pueden ser elegidos Pontífice, no afrontaron, según la SNAP, con el suficiente rigor los abusos sexuales cometidos por clérigos contra menores, quitaron importancia a los casos, rechazaron reunirse con las víctimas y criticaron las investigaciones periodísticas.

 

Al cardenal Sandri le acusan de estar “estrechamente ligado al controvertido” cardenal Sodano (decano del colegio cardenalicio y que fue Secretario de Estado con Juan Pablo II), “un fiero y astuto defensor de Marcial Maciel”, el sacerdote mexicano fundador de los Legionarios de Cristo, castigado por Benedicto XVI por abusar de seminaristas y lleva un triple vida (tuvo varios hijos con varias mujeres y consumía drogas).

 

Sobre el cardenal Maradiaga recordaron que en una ocasión el purpurado hondureño dijo en referencia a los casos de curas pederastas que “iría con mucho gusto a la cárcel antes que hacer daño a mis sacerdotes, ya que yo no soy un policía”.

 

De Marc Ouellet, presidente de la Pontificia Comisión para América Latina, señalaron que el canadiense mantenía que sólo 10% de las acusaciones contra clérigos pederastas eran ciertas.

 

Acusaron asimismo a Scola de haber quitado importancia a esos casos y recordaron que, en 2010, en una homilía pronunciada en la basílica de San Pedro dijo que se daban “también en diferentes ámbitos y categorías diferentes de persona”.

 

De Dolan dijeron que “ideó” un plan para pagar 20 mil dólares a los clérigos implicados en casos de pederastia para que abandonasen la Iglesia y que “por lo menos 12 sacerdotes recibieron dinero”.

 

Según los dos representantes de la red SNAP, los escándalos de clérigos pederastas que se han dado a conocer son la “punta del iceberg” y aún deben salir muchos más.

 

Doris y Clossy afirmaron que los cardenales que preparan el cónclave deben preguntar a los 12, “sin temor”, para saber la verdad y ponerles “bajo presión”.

 

También dijeron que ya en pasado citaron los nombres de algunos de estos cardenales y que la inclusión de algunos en esa lista “puede sorprender, al ser considerados incluso como reformadores, en lo que no estamos de acuerdo”.

 

“La mayor parte merece un puesto en esa lista, por lo que han hecho y otros por lo que han dicho. Nosotros decimos que los hechos y no las palabras son los que protegen a los niños y cuando los obispos hacen comentarios públicos que hieren, causan más dolor a las víctimas”, precisaron.

 

Indiferencia del Vaticano

 

ROMA. Durante un encuentro con periodistas, el sacerdote jesuita salió al paso de una “lista negra” de aquellos purpurados que no deberían convertirse en pontífices por sus ideas y acciones respecto a la pederastia clerical, difundida por la Red de Supervivientes de Personas que sufrieron Abusos por Sacerdotes (SNAP, por sus siglas en inglés).

 

El portavoz vaticano, Federico Lombardi, dijo que la posición de la red SNAP “la conocemos desde hace mucho tiempo” y sostuvo que no corresponde a esta asociación “decir quién debe entrar en el cónclave o calificar a los cardenales que se reúnen”.

 

“Creo que depende de los cardenales mismos juzgar quién es adecuado y quién no es adecuado, sin pedir consejos a la SNAP”, agregó.