Tras horas de interrogatorios, un bailarín principal del Bolshoi dijo a un tribunal de Moscú que acordó un ataque al director artístico del afamado ballet pero que nunca imaginó que el agresor iría tan lejos como para arrojarle ácido en la cara.

 

Sergei Filin, de 42 años, sufrió quemaduras graves en el rostro y ojos en el ataque del 17 de enero. Se ha sometido a una serie de operaciones con la esperanza de salvar la vista.

 

Pavel Dmitrichenko, de 29 años, dijo que su conflicto con Filin se enfocaba en la distribución de salarios y otros asuntos financieros, pero se ha conjeturado sobre otras posibles razones para el ataque.

 

La policía de Moscú dijo el jueves que Dmitrichenko le había pagado unos mil 600 dólares) a Yuri Zarutsky, quien según las autoridades compró el ácido en un taller mecánico para autos y luego lo calentó para hacerlo más concentrado. El tercer acusado, Andrei Lipatov, condujo el vehículo en el que el atacante se alejó de la escena, pero insistió en que no sabía el propósito de su misión.