En 2009, la Brigada de Crimen Organizado de la policía española comenzó a recopilar información sobre lo que sucedía en el polígono Cobo Calleja, en Fuenlabrada, a 20 kilómetros del centro de Madrid. Aquí es donde se ubica el centro de venta al mayoreo de productos chinos más grande de toda Europa. Localizado en 160 hectáreas, se reparten 400 naves, casi todas propiedad de comerciantes chinos que emplean a más de 10,000 personas, en su mayoría chinas. Al Cobo Calleja se traslada gente de toda la Unión Europea para adquirir mercancía que luego venden en sus bazares.

 

La policía española logró documentar en cuatro años de investigación una red de lavado de dinero, liderada por Gao Ping, que aprovechaba la informalidad de este mercado. Aquí la mayoría de las compras se realizan sin factura y en transacciones en efectivo, ya que se estima que una gran parte de la mercancía que se vende en la zona entra de manera clandestina por las aduanas. Un método socorrido es la subfacturación, así como el volumen gigantesco que hace imposible que las áreas de aduanas puedan llevar acabo un control. Tan sólo las 15 empresas de Gao Ping, importaban entre 1,500 y 2,000 contenedores cargados de tabaco, ropa falsificada y juguetes con falsos sellos de la UE, que entraban, sobre todo, por los puertos de Barcelona y Valencia. Los investigadores creen que tan solo se declaraba el diez por ciento de esa mercancía.

 

El flujo de efectivo en euros tenía que tener una salida y era trasladado a China donde entraba al sector financiero y regresaba a cuentas off shore para uso de los destinatarios. Este esquema de lavado era utilizado por Los Zetas, para recuperar sus ganancias de ventas por cocaína en Europa, así como otros grupos delictivos y políticos. Esta era una red que ofrecía sus servicios a cualquier persona que deseaba convertir dinero en efectivo, en depósitos bancarios ubicados en paraísos fiscales.

 

Para no causar alarmas en España, Gao enviaba a China el dinero, como si fuesen remesas de inmigrantes, cantidades que nunca superaban los 3,000 euros, el límite de alerta, y nunca repetían cuentas antes de noventa días, para incrementar de esta forma la seguridad. El dinero iba a parar a las cuentas que en China controlaban el padre y la hermana de Gao Ping. Pero, además la red también usaba correos humanos y escondía el dinero en los contenedores.

 

Este antecedente debe ser tomado en cuenta para aprobar o no el proyecto de Dragon Mart. Los controles en las aduanas mexicanas no son de calidad el día hoy y no se sabe qué controles fiscales existirán en el proyecto de Dragon Mart. No se ha detallado si se podrán hacer transacciones en dólares o si solo se podrán hacer pagos en pesos mexicanos. El director de Dragon Mart, Juan Carlos López Rodríguez, fue inhabilitado por 12 años después de haber trabajado en la Dirección General de Aduanas, por faltas graves a la normatividad. Estos antecedentes deben ser analizados con toda seriedad por el impacto y el monto de la inversión que supera los 100 millones de dólares.

 

Los centros de negocios y promoción estimulan la economía y la creación de empleos. Centros turísticos como Cancún y Acapulco deben aprovechar su posición geográfica estratégica para convertirse en ciudades que también vivan de sus servicios. Pero es importante cerrar las puertas al crimen organizado.

 

Es importante mencionar que una de las razones por las cuales los cárteles mexicanos desplazaron a mafias de otros países es por la ventaja logística que se tiene en el país. Tratados de Libre Comercio con las principales economías del mundo, una plataforma logística de calidad y unas aduanas desmanteladas y corruptas. Esto aunado a la facilidad de lavar dinero en los casinos mexicanos le dio una ventaja competitiva al crimen organizado mexicano. Esperemos que el proyecto de Dragon Mart no sea una plataforma de comercio ilegal y lavado de dinero para fortalecer al crimen organizado.

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