CIUDAD DEL VATICANO. Después de una semana preparatoria, todo indica que muchas cuestiones sobre el estado de la Iglesia y sobre el candidato idóneo para dirigirla quedaron sin resolver. Algunas voces apuntan que el cónclave que comienza hoy martes podría ser largo dada su importancia.

 

Ante la premura por elegir al próximo Papa el Vaticano se enfrentan con la principal división, la de los cardenales que trabajan en el Vaticano, los romanos, contra los reformistas, que son aquellos cardenales que quieren que el próximo Papa haga frente a lo que ven como la corrupción del Vaticano, la ineficiencia y la renuencia a compartir el poder y la información con los obispos de todo el mundo.

 

Esto en palabras de The New York Times, rotativo que señala que se han producido claras preferencias dentro del cónclave: los romanos apoyan a un elegible brasileño, y los reformadores se dice están apoyando a un italiano.

 

Con todo el alboroto generado por los escándalos del Vaticano, los romanos son conscientes de que pueden fracasar si apoyan a de nuevo uno de los suyos, y por eso se dice que están respaldando a Brasil, con el cardenal Odilo Pedro Scherer, arzobispo de São Paulo.

 

El cardenal Scherer es de origen alemán, pero su selección le daría a la Iglesia Católica su primer papa de América Latina. La región es el hogar de alrededor del 40% de los católicos del mundo, y la iglesia está encarando desafíos por el surgimiento de las iglesias evangélicas y la deriva hacia el laicismo.

 

El brasileño Odilo Scherer parece contar con el favor de la curia vaticana y es sabedor de su burocracia. El arzobispo de Sao Paulo conoce las finanzas de la Santa Sede y forma parte de la comisión rectora del banco Vaticano.

 

Los reformistas, encabezados por los norteamericanos y algunos europeos influyentes, se están uniendo en torno al italiano,  el cardenal Angelo Scola, el arzobispo de Milán, un pastor popular y un erudito teólogo moral. Como italiano está familiarizado con la cultura que domina la burocracia del Vaticano, pero no es parte de ella ni esta en deuda con él.

 

Scola de carácter afable, es considerado un candidato atractivo para acometer la reforma interna de la Iglesia, especialmente expuesta a casos de corrupción y batallas como las filtraciones de Vatileaks.

 

Muchos cardenales, sin embargo, dicen que están ansiosos por un Papa fuera de Italia y, mejor aún, de fuera de Europa,  esperan de energías a los 1,2 millones de católicos del mundo.

 

Sea quien sea, tendrá que convencer a sus compañeros prelados que sus dones como un evangelista y un administrador puede mover la iglesia más allá de los escándalos de abuso sexual infantil, el banco del Vaticano, la reciente dimisión de un cardenal quien admitió que había usado su propio sacerdotes de favores sexuales, y el episodio llamado VatiLeaks en el que los papeles personales del Papa fueron robadas y publicadas, dejando al descubierto las luchas internas amargo en la administración central de la iglesia, conocida como la Curia.

 

El próximo papa necesitará sumar 77 votos de los 115 cardenales electores que se encerrarán en la Capilla Sixtina. Y si no hay un nombre claro en las primeras rondas, cualquier sorpresa es posible.

 

Si ni los romanos ni los reformadores tienen suficientes votos para elegir a sus principales candidatos, hay candidatos de compromiso.

 

Un nombre mencionado incluso antes de la renuncia de Benedicto XVI es la de un canadiense, el Cardenal Marc Ouellet. Él es un conservador doctrinal que enseñó filosofía en Colombia y puede contar con el apoyo de algunos cardenales latinoamericanos. Pero el cardenal Ouellet ha pasado muchos años trabajando en el Vaticano y ha liderado el departamento de los obispos desde 2010.

 

Él puede ser visto como un candidato aceptable tanto para cruce romanos y los reformadores.

 

El próximo pontífice enfrentará una Iglesia en crisis. Benedicto XVI dedicó la mayor parte de sus casi ocho años de papado a reavivar el catolicismo de una tendencia general a la secularización que ha relegado su importancia en la mayor parte del mundo, y especialmente en Europa. Los casos de abusos a menores han apartado a muchos fieles y el crecimiento de la Iglesia evangélica se ha dejado sentir en continentes como Africa y América Latina.

 

Las cuentas del Vaticano

 

Más de 150 cardenales reunidos este lunes en el Vaticano para su última asamblea antes de aislarse del mundo para elegir al sucesor de Benedicto XVI abordaron los problemas financieros del banco del Vaticano, informó el vocero de la Santa Sede, padre Federico Lombardi.

 

El cardenal italiano Tarcisio Bertone, Secretario de Estado y presidente de la comisión de vigilancia del Instituto para las Obras de Religión (IOR), mejor conocido como el banco del Vaticano, leyó un informe sobre las controvertidas cuentas de esa institución, centro de las tensiones que desembocaron en el caso ‘Vatileaks’, de filtración de cartas y documentos confidenciales de Benedicto XVI.

 

“No es el criterio principal para elegir al papa. Se deseaba más información , pero no era el tema más urgente del intercambio entre los cardenales que se preparan al cónclave”, aseguró Lombardi.

 

Antes de hacer efectiva su renuncia el pasado 28 de febrero, Benedicto XVI aprobó la designación del alemán Ernst von Freyber como nuevo presidente del banco del Vaticano, en el último nombramiento para un puesto clave de su pontificado.

 

El IOR, con un patrimonio estimado de 5 mil millones de euros, se comprometió a cumplir las normas europeas de lucha contra el blanqueo de dinero, aunque sin obtener hasta ahora el visto bueno de la comisión europea de supervisión.

 

En total los cardenales intervinieron 162 veces, 28 de ellas durante la última sesión de este lunes en el Vaticano.

 

“También hablaron del perfil del nuevo Papa”, precisó Lombardi.

 

Más de cien purpurados reconocieron que no era necesario seguir debatiendo en el precónclave y votaron a favor de pasar a la elección del papa, que se iniciará el martes en la Capilla Sixtina.