El presidente estadunidense, Barack Obama, rechazó hoy la nueva propuesta presupuestaria republicana, que sigue sin cambios con respecto a hace un año, aunque tras una reunión con demócratas abrió la posibilidad de ceder terreno.

 

Pese a que el presidente se desplazó hoy al Senado y mañana lo hará a la Cámara de Representantes para hablar con los republicanos, el guión de desacuerdos volvió a repetirse cuando Obama rechazó el plan presupuestario del republicano Paul Ryan.

 

En una entrevista con el canal ABC, Obama indicó que la propuesta presentada hoy por Ryan significará un aumento de impuestos a la clase media para poder sostener los recortes en los programas de Medicare (sanidad para jubilados) y Medicaid (sanidad para ciudadanos de bajos ingresos).

 

“Es la misma ley que presentó antes”, indicó Obama, quien dijo que su objetivo no es un presupuesto equilibrado sin más, sino que su objetivo es que se mantenga “el crecimiento económico y se ponga a la gente a trabajar, y para ellos vamos a aumentar los ingresos”.

 

Las posiciones públicas siguen siendo las mismas que han provocado que la primera economía mundial lleve 3 años sin aprobar un presupuesto, con Obama exigiendo aumento de impuestos para aumentar los ingresos y los republicanos insistiendo en la necesidad de recortar programas sociales para ahorrar gastos.

 

Pese a todo, hoy algunos senadores demócratas que participaron en el almuerzo con Obama en el Capitolio, indicaron que el presidente está dispuesto a realizar concesiones en programas sociales.

 

Según el semanario Politico, Obama reconoció hoy que es necesario realizar ahorros en los programas de Seguridad Social (pensiones) y Medicare, aunque, de nuevo, dijo que los republicanos deberán ceder y permitir subidas de impuestos.

 

Ryan, presidente del Comité Presupuestario de la Cámara de Representantes, presentó hoy la propuesta de presupuesto republicana: básicamente la misma que el año pasado fue rechazada por los demócratas.

 

El plan de Ryan propone recortar el déficit en 4.6 billones de dólares en diez años y mantiene los fuertes recortes en los programas sanitarios del Medicare y Medicaid.

 

El que fuera candidato a vicepresidente en las pasadas elecciones no contempla un nuevo aumento de impuestos, que ya subieron a comienzos de mes para los ingresos superiores a los 400 mil  dólares anuales al permitir expirar exenciones fiscales de la era George W. Bush.

 

Los senadores demócratas presentarán mañana una propuesta presupuestaria para 2014 que incluirá un aumento de impuestos a los ingresos más altos equivalente a los recortes, para equilibrar el déficit y frenar el aumento de la deuda pública.

 

Lo que no gusta a los demócratas de la propuesta presupuestaria republicana es la intención de convertir el importante programa del Medicare, del que dependen 50 millones de personas, en un plan privado subsidiado por el gobierno federal y pasar las competencias del Medicaid a los estados.

 

Mientras tanto, el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, anunció hoy que el presidente Obama presentará su propia propuesta presupuestaria en la segunda semana de abril, que los republicanos critican que no se presentará antes que las propuestas del Congreso como era tradicional.

 

La Casa Blanca justificó este retraso por los efectos asociados al ya manido concepto de “precipicio fiscal”, compuesto por los aumentos de impuestos a los ricos de enero, la inminente llegada del techo de endeudamiento federal y los ya recortes automáticos ya en marcha que aún pueden ser sustituidos por ahorros menos arbitrarios.

 

El líder de la minoría republicana en el senado, Mitch McConell, criticó hoy que “esta es la primer vez en 90 años que el presupuesto del presidente llegará después de que la Cámara (republicana) y el Senado (demócrata) voten” sus respectivas propuestas, que con alta probabilidad se morirán en ambas cámaras.

 

Aún está por ver, si la tercera opción, el tardío presupuesto de Obama, consigue el consenso necesario entre ambos partidos y desbloquea una situación de incertidumbre que hace temer que descarrile la recuperación estadounidense.

 

Mañana, Obama volverá a recorrer la distancia que separa la Casa Blanca del Capitolio para reunirse con los congresistas republicanos para poner las bases del complicado acuerdo que permita bajar la deuda estadounidense combinando recortes y aumento de ingresos fiscales.