Irán se siente ofendido con la creación –y vale decir éxito- de la cinta Argo. Convocaron a la abogada francesa Isabelle Coutant-Peyre (la misma que defendió al secuestrador venezolano Ilich Ramírez Sánchez, conocido como Carlos el Chacal) a Teherán, para elaborar una ruta estratégica y demandar a Hollywood y sus productores, solicitando el retiro de la cinta así como una remuneración económica, informaron varios medios de comunicación europeos.

 

La película está basada en el relato de lo ocurrido en la embajada de Estados Unidos en Teherán en 1979, cuando fue tomado el edificio gubernamental  por terroristas,  y seis empleados de la embajada lograron escapar y refugiarse en la casa del embajador de Canadá, mientras otras 52 personas fueron retenidas por iraníes durante 444 días.

 

La intervención de la CIA consolidó un plan para lograr sacar a los funcionarios de ese país y regresarlos a los Estados Unidos: con la colaboración de Hollywood, se implementó la filmación falsa de una cinta llamada Argo.

 

La estrategia planteada para la demanda del gobierno iraní en contra de Hollywood está basada en la demostración de que Argo es una mentira absoluta, dijo Mehr, otro abogado que está involucrado en el caso. “Vamos a ser capaces de bloquear a los distribuidores de la película, los obligaremos a pedir disculpas y a desafiar para confesar que la película no es más que una mentira absoluta”.

 

La decisión de iniciar el procedimiento jurídico se originó tras la exhibición, privada, a funcionarios culturales y críticos de cine en Teherán el lunes pasado, bajo el título La Gran Estafa de Hollywood. Una acción del gobierno para lograr inducir a la clase política a demandar a la industria y lograr con ello apoyo desde dentro que le permita presionar al exterior sobre lo ocurrido.

 

Esto apenas empieza.