La literatura infantil no existe. Así de categóricos se expresaban algunos ponentes durante sus intervenciones. Se trataba de una provocación, sin duda; una idea que sobresaltara a los más de 600 asistentes en la Biblioteca Luis Ángel Arango, de Bogotá, congregados para escuchar el diagnóstico sobre una literatura que en los últimos años ha evolucionado sorprendentemente.

 

La historia de la literatura infantil y juvenil (conocida bajo las siglas LIJ) es relativamente reciente. Los años 40 podrían considerarse el punto de partida de una literatura que nació como apoyo de los textos escolares para enseñar valores; libros dirigidos a mayores para ser contados a los menores.

 

A pesar de lo cercano en el tiempo, el camino recorrido es asombroso. Expertos de la talla de Néstor García Canclini, Michèle Petit, María Teresa Andruetto, Maité Dautant, Gonzalo Moure, Yolanda Reyes, Gabriel Janer Manila, Gustavo Martín Garzo o Marina Colasanti, junto con figuras de la ilustración, la gran protagonista de la LIJ en este momento, como el mexicano Alejandro Magallanes y jóvenes que irrumpen con éxito en este terreno, como el español Javier Ruescas, expusieron sus vivencias frente a la página en blanco, compartieron sus aciertos y errores y presentaron algunos datos para unir esfuerzos que dignifiquen y reconozcan la LIJ.

 

El II Congreso iberoamericano de lengua y literatura infantil y juvenil, CILELIJ2013, estuvo dirigido a personas que no solo trabajan con niños (maestros y educadores) y creadores (escritores e ilustradores), sino también a promotores, funcionarios a cargo de programas escolares, ferias de libros, editores, libreros y padres de familia.

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Su principal objetivo era mostrar lo que se estaba publicando, cifras sobre el mundo infantil y su situación actual, debates sobre los temas abordados, la narrativa usada en ellos, la forma de comunicar una realidad que no distingue a niños y adultos, y hacer balance de una literatura que cada vez cobra mayor peso en el mundo editorial.

 

Durante tres jornadas se trató de demostrar que la LIJ se debe tomar en serio, que hay talento en nuestra región y que es vital para acompañar el aprendizaje de los jóvenes.

La congregación de agentes y mediadores que puedan difundir después estos mensajes y sirvan de altavoz para iniciativas que promuevan el acercamiento entre lectores y autores es uno de los objetivos del CILELIJ, que ya evidenció hace tres años en Chile, en su primera edición, que dar claridad y reflexionar sobre estos temas ayuda a saber y consolidar hacia dónde se dirige el sector.

 

Organizada por la Fundación SM, en colaboración con las principales instituciones educativas y culturales de los países sede –en esta ocasión, el Banco de la República, de Colombia-, esta edición estuvo dividida en tres ejes: la vida privada (los temas que tienen que ver con la familia, el amor, la amistad, el cuerpo y la sexualidad); la vida pública (la escuela, la ciudadanía, la emigración, la naturaleza); y lo trascendente (muerte, fe, magia, utopías), que describían cómo la LIJ interpreta el mundo afectivo de los jóvenes y su relación con el entorno.

 

Las nuevas tecnologías también fueron objeto de estudio. Curiosamente, las ideas más conciliadoras y modernas vinieron de personas como la escritora brasileña Regina Zilberman que, a sus 65 años, asombró con sus declaraciones sobre la diferencia entre un libro y un e-book, apelando que los referentes de lectura que tenemos los adultos, como el olor a papel y a tinta, la sensación de pasar las páginas o la satisfacción de ver el paso del tiempo en el color de las hojas, serán sustituidos por otros referentes para las nuevas generaciones que encontrarán el mismo placer al ver una pantalla, deslizar sus dedos por un dispositivo para seguir leyendo un texto o disfrutar de todas las aplicaciones que hacen más completa y diversa la experiencia lectora.

 

Porque, como dijo Gabriel Janer Manila “al leer declaras tu amor a la fuerza de las palabras” y eso es lo que debería importar, conscientes de que en el momento que empezamos a leer “Érase una vez…” estamos abriendo la puerta a un mundo lleno de sorpresas, haciendo un pacto con la irrealidad y encaminándonos hacia un sendero marcado por los sueños. ¿No les parece una invitación más que sugerente como para dejarse seducir?