Más acción y fantasía es la promesa que trae consigo la tercera temporada de Juego de Tronos, la serie de estética medieval que ha seducido a millones de espectadores en todo el mundo con su oscura trama de intrigas políticas.
Basada en el inicio de la tercera novela de la saga de George R.R. Martin “Canción de hielo y fuego” y sin ahorrar escenas de sexo y violencia de la historia original, la nueva entrega de uno de los productos estrella de la factoría HBO se estrenará en Estados Unidos el 31 de marzo.
“Es un drama íntimo, psicológico. Una historia basada en la evolución de los personajes pero situada en un mundo épico”, describió en un encuentro con periodistas en Londres el danés Nikolaj Coster-Waldau, que interpreta a Jaime Lannister en la ficción y recobra protagonismo en la tercera temporada.
Los actores de la serie, que se rueda al mismo tiempo en distintas localizaciones alrededor del mundo y con diversos directores, coinciden en definir la trama ideada por Martin como una lucha por el poder en la que el espectador difícilmente puede discernir dónde está el bien y dónde la traición.
“En ese mundo todos son terriblemente ambiciosos y narcisistas. Nadie es completamente blanco ni completamente negro, aunque todos tienden un poco al negro”, señaló el británico Iain Glen, que interpreta a Jorah Mormont.
Coincide con él la norirlandesa Michelle Fairley (Catelyn Stark), para quien el universo de Juego de Tronos “es un lugar duro, lleno de sexo y violencia, en el que los personajes están obligados a sobrevivir”.
“Son personajes que crecen, se desarrollan. Su mundo avanza muy rápido y, si no se mueven, mueren. Especialmente las mujeres, ellas tienen que ser mejores estrategas que los hombres si quieren seguir adelante”, sostuvo Fairley.
El papel de la mujer en un mundo de intrigas y luchas de poder es uno de los ejes de gravedad de la trama de Martin, como apuntó la inglesa Gwendoline Christie: “La serie reta las nociones tradicionales de feminidad, los estereotipos de género”, opinó la actriz.
“Es importante que en una serie que ha logrado una audiencia de masas se muestre a la mujer jugando ese tipo de roles”, afirmó Christie, que da vida en la pantalla al personaje de Brienne de Tarth.
Para la británica, esa es una de las claves del éxito de un producto “muy inteligente”, que “funciona”, dijo, “porque, aunque está ambientado en un mundo distinto, los personajes y las relaciones humanas son terriblemente cercanas al espectador”.
Más allá de la historia de confabulaciones políticas para hacerse con el poder que vertebra la trama de la serie, Juego de Tronos ha cautivado a millones de aficionados gracias a su vertiente fantástica.
“Vivimos tiempos difíciles y una serie como esta es un escape. No queremos ver más desastres financieros y bancos que se hunden. La gente quiere ver fantasía y dragones, por eso ha tenido éxito”, analizó el británico Kit Harington, Jon Nieve en el mundo de los Siete Reinos.
“Cada vez hay más dragones en la serie. Dragones peligrosos que pueden arrasar ciudades y ejércitos con una sola exhalación de fuego”, explica Ian Glen, que avanza uno de los pocos detalles que se conocen de la tercera temporada.
A pesar de que la serie se basa en los libros de Martin, que publicó en 1996 el primer tomo de los cinco publicados hasta ahora de la saga, HBO quiere mantener en lo posible en secreto el desarrollo de los capítulos por estrenar.
“Nos han dicho que no digamos nada. Es aterrador, si lo hacemos nos encierran en una habitación y nos quitan de los créditos de la serie. No, en serio: es importante no arruinarle a nadie la emoción”, afirmó la inglesa Sophie Turner, Sansa Stark en la ficción. EFE