El fotógrafo argentino Daniel Mordzinski acusó al diario “Le Monde” de haber tirado todos sus archivos fotográficos de los últimos 27 años, que supone una pérdida de “miles de negativos y diapositivas originales” de un reconocido objetivo especializado en la fotografía literaria, una especia de atlas de la literatura.

 

Mordzinski, según denuncia en su página web, descubrió a inicios de marzo que todas las pertenencias que guardaba en un despacho de ese periódico que había utilizado durante más de diez años habían desaparecido al vaciar la oficina para asignársela a otra persona.

 

Así, sin más, se esfumó la sonrisa de Julio Cortázar, el perfil de Jorge Luis Borges, los retratos de Gabriel García Márquez, Adolfo Bioy Casares, Roberto Bolaño, Mario Vargas Llosa y tantos otros que también fueron despreciados por el diario.

 

Le Monde destruyó el archivo de Mordzinski, compuesto por 50 mil fotografías capturadas entre 1978 y 2006, que el fotógrafo argentino guardaba en una de las oficinas de ese diario. “Parece una mala película, pero es lo que pasó.

 

“La indignación y la pena me devoran”, declara en la web el fotógrafo, que logró recuperar en un sótano el mueble archivador en el que guardaba su trabajo, pero sin los negativos dentro.

 

Mordzinski (Buenos Aires, 1960) subrayó “la paradoja” que supone que “Le Monde” brinde “sus mejores titulares (…) para defender la libertad de expresión en Asia, el respeto por las tradiciones cuando hay una guerra o una catástrofe en exóticos lugares como Afganistán, Bosnia o Mali” pero que no preste atención a “miles de fotografías y centenares de dosieres” con leyendas como “Cortázar” o “Israel”.

 

“Lo sucedido en ‘Le Monde’ es más que una negligencia: es un profundo desprecio por un trabajo que forma parte de la memoria de nuestra cultura contemporánea, al menos en la medida en que sus protagonistas son los escritores que le dan naturaleza y dignidad a nuestra lengua y a nuestro mundo”, agregó el fotógrafo.

 

Mordzinski siente que se han esfumado “27 años de esperas, nudos en la garganta, noches en vela, revelados angustiosos…” de los que solo se han salvado “las cientos de fotos que alguna vez” digitalizó para libros o exposiciones”

 

“El resto desapareció para siempre” lamentó. (Con información de EFE y Página 12)