La Mara Salvatrucha 13 (MS-13) dejó de ser una pandilla para transformarse en una poderosa organización criminal trasnacional, con presencia en Centroamérica, México y Estados Unidos.
En el país, mantiene asociaciones con Los Zetas y el Cártel de Sinaloa, que dirige Joaquín El Chapo Guzmán en la comisión de diversos delitos, como el tráfico de drogas, secuestros, trata de personas, explotación sexual, ejecuciones y extorsiones.
El estudio Las pandillas de América Central y las organizaciones delictivas transnacionales, la cambiante relación en tiempos violentos, elaborado por el Centro de Evaluación y Estrategias Internacionales de Estados Unidos, revela que Los Zetas y la MS-13 sostuvieron una guerra por el control de la ruta de los migrantes hacia Estados Unidos.
Posteriormente y tras llegar a un acuerdo, los narcotraficantes lograron mantener el control de dichas rutas bajo la supervisión de la MS-13, con el envío de polleros o traficantes de personas.
Además, el análisis también da cuenta de que en los últimos años, la MS-13 ha dotado de armamento de alto poder a Los Zetas, a cambio de drogas, dinero en efectivo y adiestramiento paramilitar, en campos clandestinos de Guatemala.
Armas de la guerrilla
Elaborado por Douglas Farah y Pamela Phillips Lum, el estudio advierte que la MS-13 en El Salvador está mejorando significativamente su poder de fuego, con la adquisición de rifles automáticos AK-47, lanzagranadas y armas ligeras antitanque.
“La mayor parte del armamento se adquiere a través del robo o la compra a militares o de los arsenales existentes en Nicaragua. Algunas de las armas están llegando a organizaciones criminales, en particular las mexicanas, a cambio de dinero en efectivo o pequeñas cantidades de cocaína y crack que se venden en los mercados locales”.
“Se han realizado esfuerzos importantes, muchas de ellas con éxito, de Los Zetas para reclutar a los mejores y más calificados asesinos y pistoleros de la MS-13, tanto en El Salvador y Guatemala. Muchos de los reclutas militares reciben una mayor capacitación en la región de Petén, en Guatemala y luego operar en Guatemala o México”. A cambio, Los Zetas pagan a la MS-13 una cantidad fija al mes. A través de este acuerdo”.
De hecho, el reporte afirma que la MS-13 mantiene una estructura independiente y eficiente para mover a personas de Centroamérica y a los Estados Unidos en 72 horas, lo que facilita el tráfico de personas de Los Zetas.
La guerra
En 2010, una clica de la MS-13 extorsionaba a muchos inmigrantes ilegales para viajar en el famoso tren que va desde el sur de México hasta la frontera con EU; sin embargo, en el trayecto se toparon con Los Zetas.
“Ellos (MS-13) trataron de sacar del negocio a Los Zetas, con el fin de tomar el control de la lucrativa ruta. La sangrienta guerra se mantuvo durante varios meses, con varios muertos en ambos lados. En el extremo, una especie de tregua se acordó: la MS-13 controlaría la parte sur de la ruta y Los Zetas la sección norte”.
“En los últimos meses, de acuerdo con los pandilleros salvadoreños y funcionarios policiales, Los Zetas y el MS-13 llegaron a un acuerdo más favorable y lucrativo en la trata de personas, por lo que los mexicanos han expandido su alcance. Todos los traficantes intermediarios (polleros o coyotes) que utilizan las rutas controladas por Los Zetas son miembros de la MS-13”.
El informe alerta que esta podría ser la primera consolidación real de los dos redes de contrabando humano en la región.
Más colaboración
Integrantes de la MS-13 indican que Los Zetas han establecido campamentos móviles de formación de sus integrantes, en el Volcán Guazapa, en San Salvador, en zonas de difícil acceso donde el Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional (FMLN) tuvo fortalezas.
Según estas fuentes, algunos de los capacitados han sido contratado por los cárteles mexicanos para trabajar en México por un salario básico mensual de 400 dólares (poco más de cinco mil pesos). En algunos casos, el dinero se paga a la pandilla MS-13, en lugar de al propio sicario.
También hay informes actuales de los nuevos campos de entrenamiento dirigidos por Los Zetas cerca de Laguna del Tigre, Guatemala, donde un grupo de miembros de la MS-13 está recibiendo entrenamiento militar especializado.
RELACIONES PELIGROSAS
La MS-13-Los Zetas
• Han demostrado la capacidad de trabajar juntos en la trata de personas.
• Son socios en el tráfico de cocaína y la cooperación paramilitar. Esto tiene graves implicaciones para el narcotráfico en la región.
• Las pandillas están desempeñando un papel cada vez más importante como facilitadores de armas. Muchas de las armas son de Nicaragua, El Salvador y Honduras.
Guerra de Calderón alertó tráfico en la región
La declaración de guerra contra los cárteles mexicanos del presidente Felipe Calderón, en 2006, modificó de manera fundamental las actividades de las organizaciones criminales en Centroamérica, afirma el informe.
“Como la presión sobre los cárteles creció en el interior de México y los propios cárteles se enfrascan en una feroz guerra, el control de las rutas de Centroamérica se hizo más importante para las organizaciones con mayor poder. Las dos mayores organizaciones, el Cártel de Sinaloa y Los Zetas abrieron nuevos caminos en América Central.
Comenzando el 2006, el pago en especie de drogas y no en efectivo se convirtió en uno de los principales factores para el aumento de la violencia en Centroamérica y México.
“Una vez que las pandillas recibieron cocaína, tuvieron que crear un mercado local para absorber el fin de ganar dinero. Este narcomenudeo de cocaína y crack, el lanzamiento de una batalla entre diferentes pandillas por el control de los barrios y esquinas donde las drogas podrían ser vendidos, llevó al derramamiento de sangre generalizado”.