BUENOS AIRES. La organización católica estadounidense Bishop Accountability (Rendición de Cuentas de Obispos) afirmó que el papa Francisco se demoró en tomar medidas contra dos sacerdotes argentinos que fueron acusados y condenados de abuso sexual.

 

El organismo que rastrea casos de menores víctimas de abusos, le pidió se disculpe por la supuesta protección que la Iglesia católica argentina habría ofrecido a los clérigos y le solicitó que haga público los expedientes de ambos casos.

 

Un abogado de uno de los casos dijo que el hoy papa Jorge Mario Bergoglio nunca se reunió con sus clientes que sufrieron abusos ni los había ayudado. Y  denunció que funcionarios de nivel medio de la Iglesia católica, que trataron de encubrir estos hechos, siguen en sus puestos de trabajo.

 

La exigencia de Bishop Accountability es por los casos de los sacerdotes Julio César Grassi y Napoleón Sasso, a quienes la justicia argentina los condenó por pederastia.

 

Ambos prelados fueron condenados, en buena medida, porque hubo investigaciones internas de la iglesia o porque varios miembros de la institución denunciaron los casos de abuso.

 

Bergoglio, quien se convirtió en cardenal de Argentina en 2001, no logró destituir a los sacerdotes acusados y se negó a reunirse con las víctimas, dijo el abogado Ernesto Moreau, que representa a las menores abusadas por Sasso. Aunque si bien reconoció que el hoy jerarca de la Santa Sede no estuvo involucrado directamente en escándalos de abusos sexuales o encubrimientos.

 

“Bergoglio es el hombre más fuerte de la iglesia argentina desde el principio del siglo”, dijo Moreau. “Nunca la cúpula de la Iglesia hizo algo para sacar las personas de estos lugares, tampoco hizo nada para aliviar el dolor de las víctimas”.

 

Grassi encabezó la Fundación “Felices los Niños”, que tiene a cargo hogares para menores, y fue condenado a 15 años de cárcel en primera instancia en junio de 2009 por la justicia argentina, por el abuso sexual de un menor. El sacerdote permanece en libertad hasta tanto la apelación no sea resuelta por la Cámara de Casación argentina. El recurso jurídico fue presentado ante el tribunal en su nombre por la Iglesia católica argentina, entonces encabezada por Bergoglio como arzobispo de Buenos Aires.

 

El hoy papa también supervisaba la conferencia obispos de Argentina cuando Napoleón Sasso fue designado a un comedor popular instalado en una capilla y cuando más tarde se convirtió en un fugitivo, que se escondió durante un año dentro de una propiedad de la Iglesia en la misma diócesis, dijo Ernesto Moreau, abogado de parte de las víctimas.

 

Dicha designación ocurrió después de que Sasso recibió psicoterapia en un sitio para sacerdotes descarriados, al que se le envió tras de ser acusado de cometer abusos sexuales en una remota provincia argentina. Tras su paso por ese comedor, Sasso fue condenado en noviembre de 2007 a 17 años de cárcel por haber abusado de un grupo de 25 niñas de entre 3 y 16 años que iban al centro en la localidad bonaerense de Pilar, entre 2002 y 2003. Desde noviembre de 2012, este sacerdote goza del beneficio de salir una vez al mes de la prisión.

 

La co-directora de Bishop Accountability, Anne Doyle, dijo a la AP que estos casos demuestran que Bergoglio se demoró en tomar acciones en la lucha global de la Iglesia católica por enfrentar los abusos sexuales de sus sacerdotes, un escándalo que estalló en 2002, cuando miles de casos se hicieron públicos en Estados Unidos y el mundo.

 

“El hecho es que lo hizo hace cinco años, cuando otros obispos de otros países ya se habían reunido con las víctimas y habían aplicado estrictas leyes que los obligan a presentar informes”, dijo Doyle. “Esto lo pone detrás de algunos de sus colegas estadounidenses, eso es seguro”. (AP)