La Ciudad de México genera 18% del Producto Interno Bruto del país, ocupa el segundo lugar en el índice de población con ocho millones 851 mil 80 habitantes (Censo 2010) y no logra crear los más de 200 mil empleos anuales que necesita para satisfacer la demanda del mercado de trabajo y la infraestructura urbana es superada por la demanda de servicios. Uno de los temas que se comentan en las redes sociales consiste en demandar a las autoridades la creación de espacios acordes con las necesidades de los habitantes actuales y no los que creen que son adecuados, pero basados en esquemas del siglo pasado. ¿Pero dónde están las propuestas más allá de las quejas?
La Ciudad Inteligente es una propuesta que se debate en ámbitos multidisciplinarios, pero eso supone que los edificios, avenidas, viviendas y todo lo que compone la metrópoli tenga una relación con la tecnología, lo cual es acertado, aunque la presencia de los Ciudadanos Inteligentes no debe quedar ausente, ya que la ciudad somos nosotros, no el concreto, cemento, varilla y cableado que sirve de vivienda, espacio de trabajo, diversión o de tránsito. Las ciudades surgieron como tal hace alrededor de 10 mil años cuando los nómadas se convirtieron en agricultores y pastores.
Ciudades Inteligentes + Ciudadanos Inteligentes son dos elementos de una ecuación que podría ayudar al Distrito Federal a salir de su crisis de transporte, empleo, hacinamiento y falta de servicios elementales como el agua. ¿Cómo pueden ayudarnos las redes sociales como Facebook y Twitter a mejorar la cultura urbana? En alguna ocasión el arquitecto inglés Cedric Price dijo: “La tecnología es la respuesta. Pero ¿cuál es la pregunta?”.
Si la tendencia poblacional mundial continúa a este ritmo, en 2025 las dos terceras partes de los habitantes del planeta vivirán en ciudades, y para 2100, tres cuartas partes, según Jacques Attalli, por lo que habrá un regreso al campo para escapar de las histéricas urbes, o lo que es mejor, las megalópolis que logren una mejor integración con sus áreas rurales darán a sus habitantes un mejor nivel de vida.
La población de la capital mexicana tiende a envejecer, lo que en unos años volverá imposible la financiación de las jubilaciones. Debemos analizar, discutir y proponer la ciudad que queremos para que no nos impongan modelos sexenales realizados por políticos que no experimentan la ciudad como el resto, que no se desplazan en Metro, que viajan con escoltas, en caravanas o helicópteros y que implantan esquemas que creen que necesitamos. ¿Nuestra ciudad no se beneficiaría si nos preocupamos por sus problemas? El transeúnte-voyeur daría un paso evolutivo hasta llegar al Ciudadano Inteligente en beneficio del colectivo.
Un detalle: a los gobiernos les da miedo que la gente se organice aunque sea para ponerse de acuerdo a fin de impedir que los perros de los vecinos llenen las calles de heces con la impunidad actual. Las redes sociales son la piel más sensible de los políticos. No sólo queremos programas asistencialistas, espectáculos en el Zócalo o despensas durante las campañas electorales. Subamos a Twitter y Facebook nuestras propuestas, no estamos solos, ya muchos emprenden caminos.
@urbanitas