Camilo Vives estuvo asociado al cine cubano durante 40 años; Lucía de Humberto Solas, Fresa y Chocolate de Tomás Gutiérrez Alea y Juan Carlos Tabío, Suite Habana de Fernando Pérez, son sus películas emblemáticas como productor.

 

Además fue un hombre que estuvo a cargo de las coproduccipnes realizadas con España y otros países de Europa y América Latina tras la desintegración del bloque socialista, momento en que las finanzas cubanas se fueron abajo y la producción de películas cayó de 10 al año a 1 o 2.

 

Viven fue el gran productor del Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC), entidad impulsora del cine nacional tras el triunfo de la revolución cubana en 1959, y en los años 70 empezó a dirigir sus estudios de producción.

 

Otro de sus grandes logros fue el Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano y a fundación del mismo nombre, creada en 1985 bajo el auspicio de Gabriel García Márquez.

 

El pasado 13 de marzo en La Habana, Camilo Vives falleció a la edad de 71 años, lo que repercutió en el cine cubano, pues él era uno de representantes más conocidos del cine hecho en la isla.

 

Su carrera lo llevó a trabajar en más de 130 películas y series cinematográficas, incluyendo cintas de Gutiérrez Alea, como La última cena, las comedias más famosas de Tabío o las últimas de Solas.

 

Vives también fue titular del Instituto Superior de Arte de La Habana y presidente de la junta directiva de la Federación Iberoamericana de Productores de Cine y Audiovisuales.

 

Sin embargo, la capacidad más reconocida fue la de conseguir recursos donde no había nada. (Con información del País)