Con la llegada de la Semana Santa, la próxima semana, algunos empacaremos nuestras maletas y otros estaremos pensando en cómo aprovechar nuestras vacaciones en la Ciudad de México. Sin embargo, sin importar si viajaremos o no, lo que es seguro es que casi todos comeremos algún tipo de pescado o marisco en estos días. Me encanta como en esta época de vigilia, existe una oferta abundante de platillos del mar en prácticamente cualquier restaurante que visitemos.
Para muchos esta es la época en que disfrutaremos de los platillos de mar, para luego comerlos hasta septiembre. ¿Quien no se sabe ese dicho famoso de que no se debe comer pescado en los meses sin R? Sin duda, esto era importante cuando no teníamos ningún tipo de refrigeración ya que durante el verano (mayo, junio, julio y agosto), con las altas temperaturas, este tipo de productos podían descomponerse fácilmente.
Hoy en día, esto aplica mucho menos, ya que durante todo el año, si compramos nuestros pescados y mariscos con un vendedor confiable, sabemos que éstos han sido cuidados adecuadamente y se han mantenido en una cadena de frío. Por lo mismo, sin importar el mes, no tendrían que presentar ningún riesgo para nuestra salud.
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