Durante esta Semana Santa, el titular de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), Humberto Benítez Treviño, instruyó a intensificar las acciones de verificación en defensa de los consumidores.
Al informar el avance del Programa de Verificación y Vigilancia Cuaresma y Semana Santa 2013, el funcionario llamó a la población a exigir a los comerciantes que exhiban los precios y que efectivamente vendan kilogramos completos de los productos de mayor demanda en esta temporada.
Según las instrucciones del titular de la Profeco, se han redoblado los esfuerzos en defensa de los consumidores e intensificado las acciones de supervisión en distintos establecimientos, sobre todo en aquellos donde se venden pescados y mariscos, con el propósito de evitar actitudes engañosas, especulativas y abusivas.
Para una mejor protección de los derechos de los consumidores, la Procuraduría estableció comunicación con los representantes de las asociaciones y uniones de comerciantes de pescados, mariscos y pollo fresco, a quienes se les ha capacitado sobre las disposiciones legales y normativas que vigila el organismo.
Del 13 de febrero, en que se puso en marcha el Programa de Verificación y Vigilancia Cuaresma y Semana Santa 2013, a la fecha se han realizado inspecciones en mil 294 establecimientos, de los cuales 91 han sido emplazados a procedimiento administrativo por no exhibir precios y operar básculas manipuladas.
Además, se han verificado 297 mil 872 productos, incluso enlatados, y de esa cantidad se han inmovilizado tres mil 458 por carecer de información comercial establecida por las normas aplicables.
De 590 instrumentos de medición supervisados, se inmovilizaron 15 por registrar faltantes de peso de hasta 280 y 500 gramos, detalla la Profeco.
Asimismo, más de cinco mil 900 preciadores han sido puestos en establecimientos fijos y semifijos, principalmente los jueves y viernes, para que los consumidores cuenten con elementos que les permitan comparar precios y calidad antes de comprar.
De la misma manera, se ha procedido la instalación aleatoria de las “Básculas del consumidor” para proteger a los compradores y así los productos que adquieran tengan el peso exacto, sin riesgo que se les engañe.
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