Un Boeing 787 realizó un vuelo de dos horas el lunes, una prueba para comprobar si el rediseñado sistema de baterías funcionaría apropiadamente con el avión en el aire, y la compañía dijo que todo salió “como estaba previsto”.
El vuelo de prueba fue un paso importante en el plan de Boeing para convencer a los reguladores que permitan a las aerolíneas volver a utilizar el avión también llamado Dreamliner.
Boeing analizará la información del vuelo y preparara uno más —utilizando el mismo avión— para demostrar el desempeño del 787 ante la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos, dijo Marc Birtel, portavoz de la compañía.
La flota de los 787 está aterrizada desde enero después de que se sobrecalentaran las baterías de ion de litio a bordo de dos aviones. La batería en el 787 de Japan Airlines se incendió después de aterrizar en Boston y la de un avión de All Nippon Airways comenzó a despedir humo durante un vuelo en Japón, lo que obligó a un aterrizaje de emergencia.
Boeing agregó aislamiento alrededor de las celdas de las baterías y un revestimiento de acero en el exterior para evitar incendios. Ejecutivos de la empresa han indicado que tal vez nunca se sepa qué ocasionó el sobrecalentamiento de las baterías, pero esperan que los aviones vuelvan al aire en semanas, no meses.
La Junta Nacional de Seguridad del Transporte de Estados Unidos y las autoridades japonesas están investigando los incidentes. El regulador estadounidense planea realizar un foro en abril en Washington sobre el uso de baterías de ion de litio en los transportes. La agencia informó el lunes que el seminario del 11 y 12 de abril se enfocará en el diseño y desempeño de las baterías y la regulación de su fabricación y uso.
Para el vuelo de prueba del lunes, Boeing utilizó un 787 que despegó casi una hora después de lo planeado de Paine Field, cera de Seattle, voló sobre el Pacífico y por la costa de Oregon antes de regresar a la misma terminal aérea.