Una mexicana sin permiso legal para estar en el país fue sentenciada el lunes a 18 meses de prisión después de que se declarara culpable de usurpar la identidad de una profesora en Texas, en un caso que le puso rostro al delito de “robo de identidad total” que aumenta en Estados Unidos.
Tras un acuerdo con los fiscales para evitar una posible pena mayor, Benita Cardona González aceptó en enero el cargo de posesión fraudulenta de documentos de identificación. La mexicana vive en Topeka, en el estado de Kansas.
Durante la lectura de la sentencia, la víctima, la profesora de primaria Cándida L. Gutiérrez, de Houston, conoció por primera vez a Cardona González.
Gutiérrez dijo que quería que Cardona González conociera a la persona que pagó los platos rotos de sus fantasías. Gutiérrez dijo que los sueños de Cardona González fueron su pesadilla.
Durante 12 años, Cardona González utilizó la identidad de Gutiérrez para conseguir empleo, créditos, una hipoteca, cupones de alimentos y atención médica hasta que ahora fue condenada a 18 meses de cárcel por poseer documentos fraudulentos de identificación.
El acuerdo de declaración de culpabilidad que Cardona González negoció con los fiscales en enero le permitió recibir un tiempo menor de prisión, pero le quitó la posibilidad de impugnar su deportación. Cardona González se declaró culpable de un delito con agravantes, que en su caso resulta normalmente en la deportación automática.
Cuando usurpó la identidad de Gutiérrez, Cardona González no sólo abrió cuentas bancarias y de crédito fraudulentas. Asumió completamente la identidad de Gutiérrez, pues la utilizó para conseguir trabajo, la licencia de conductor, una hipoteca y asistencia médica para sus hijos. Incluso puso el nombre robado en los certificados de nacimiento de sus dos hijos nacidos en Estados Unidos en los espacios donde va el nombre de la madre.
Gutiérrez y su esposo, Brenden Marquardt, volaron de Houston a Wichita para la audiencia judicial con la esperanza de presenciar el fin de sus vicisitudes.
“Quería tener la posibilidad de ver su cara y que ella pudiera ver mi cara, de manera que ella conociera el rostro de la persona que pagaba para que viviera su sueño”, enfatizó Gutiérrez. “Porque su sueño fue mi pesadilla”.
Cardona González miró de reojo a Gutiérrez mientras leía apresuradamente una declaración judicial en español.
“Acepto mi castigo, acepto mi responsabilidad y solicitó el perdón de la señora Gutiérrez”, dijo Cardona González.