BAGDAD. El secretario de Estado estadounidense, John Kerry, efectuó una visita sorpresa a Bagdad en la que reprendió al Gobierno iraquí por supuestamente permitir que aviones iraníes atraviesen el espacio aéreo iraquí rumbo a Siria.

 

En su primer viaje al país como jefe de la diplomacia estadunidense, Kerry se entrevistó con el primer ministro iraquí, Nuri al Maliki, a quien expresó su preocupación por la falta de inspecciones de esos aviones iraníes “cargados de equipamiento militar y combatientes” en suelo iraquí.

 

En declaraciones a la prensa, el jefe de la diplomacia estadunidense afirmó que “la aviación iraní todavía pasa por el espacio aéreo iraquí y ayuda al régimen” sirio, un apoyo que -sostuvo- representa un “gran dilema”.

 

Para los legisladores estadunidenses, resulta contradictorio que un “socio” como Irak, donde las tropas norteamericanas estuvieron presentes desde su invasión en marzo de 2003 para derrocar a Sadam Husein hasta finales de 2011, pueda ayudar ahora al régimen sirio de esa manera.

 

Frente a esa posibilidad, Kerry reclamó a Al Maliki, musulmán chií, que contribuya a lograr la renuncia de Al Asad, de confesión alauí, una secta derivada del chiísmo.

 

En el comunicado difundido por su oficina política, Al Maliki no mencionó los vuelos iraníes y se limitó a decir que coincidió con Kerry en la necesidad de hallar una solución política que evite más sufrimiento al pueblo sirio.

 

“Ningún país puede aislarse de lo que pasa a su alrededor”, apuntó el jefe del Gobierno iraquí.