La muerte de uno de los jefes de los Caballeros Templarios, Dionicio El Tío Loya Plancarte, durante un enfrentamiento el pasado 15 de marzo en Michoacán, es un caso más de la estrategia de silencio del gobierno de Enrique Peña Nieto.
De acuerdo con el diario Cambio de Michoacán, El Tío, originario de Buenavista, fue abatido por elementos del Ejército Mexicano en las cercanías de la comunidad El Alcalde, en el municipio de Apatzingán.
Su muerte obedeció, según el rotativo, a una supuesta represalia del gobierno federal por la desaparición de tres elementos del Estado Mayor Presidencial entre los municipios de Apatzingán y Buenavista Tomatlán, a principios de mes. A partir de ese hecho, el Ejército realizó operativos nocturnos en estas comunidades. Dejaron de transitar por las carreteras principales y entraron en ellas.
En uno de esos recorridos, un convoy militar conformado por tres vehículos se topó de frente con civiles armados que les dispararon, dejando como saldo al menos cinco muertos, entre militares e integrantes de este grupo delictivo, donde falleció El Tío. Sin embargo, autoridades federales no dieron detalles sobre el enfrentamiento.
Loya Plancarte se encuentra entre los 37 más buscados de acuerdo al programa de Recompensas de la Procuraduría General de la República (PGR). Está acusado de delincuencia organizada, delitos contra la salud y operaciones con recursos de procedencia ilícita. El gobierno federal ofrece 30 millones de pesos a quien proporcione información para su captura.
La ficha que muestra la PGR en la página de internet describe a Dionicio Loya como el responsable de prensa y relaciones públicas de La Familia. También se presume que es el contacto con las autoridades de seguridad pública. La muerte de El Tío es de las más importantes de los Caballeros Templarios desde que Nazario Moreno González, El Chayo, muriera en un enfrentamiento con la Policía Federal en diciembre de 2010.
Con la muerte de El Tío, Servando Gómez Martínez La Tuta y Enrique Plancarte Solís El Kikín, quedarían al mando de los Caballeros Templarios.
Baja intensidad
Michoacán no es el único estado donde se aplica esta estrategia de silencio. Nuevo León anunció el pasado viernes que ya no realizará presentaciones de detenidos, por lo que dejarán de mencionar los cárteles y los apodos. La prensa sólo recibirá boletines y fotografías.
Este acuerdo se desprende de la Segunda Reunión de Seguridad Pública, que sostuvo el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, con los gobernadores de la zona noroeste del país, que incluye Nuevo León, Coahuila, Tamaulipas y San Luis Potosí.
Según testigos de la reunión, autoridades federales difundieron un manual con los lineamientos a seguir, por los tres niveles de gobierno, en cuanto a políticas de comunicación relacionadas con la delincuencia organizada, esto con la finalidad de preservar los derechos humanos de los arrestados.
El gobernador Rodrigo Medina dijo que con este nuevo formato se acabará la competencia entre los tres niveles de gobierno para difundir las noticias relacionadas con la delincuencia organizada.
La caída de El Chayo
Dionisio Loya Plancarte, El Tío José, uno de los fundadores de Los Zetas -brazo armado del Cártel del Golfo en épocas de Osiel Cárdenas Guillén- era el líder en la estructura criminal de La Familia Michoacana, de acuerdo con un organigrama de la Secretaría de Seguridad Pública.
Ante la supuesta muerte de Nazario Moreno González El Chayo, ocurrida en la refriega de diciembre de 2010 en Michoacán, Dionisio Loya fue reclasificado por la SSP como prioridad uno para su captura. Según la ficha técnica oficial, Loya es el cerebro de este grupo criminal pata dirigir las actividades financieras y de narcotráfico, mientras que El Chayo estaba clasificado como jefe de sicarios.