La reacción que tuvo el contralor del IFE, Gregorio Guerrero, cuando el Consejo General desestimó sus argumentos sobre un supuesto quebranto al IFE por la compra de un edificio en Coapa, tiene que ver con su intención de tener un protagonismo mediático, afirmó el consejero electoral Alfredo Figueroa en entrevista con 24 HORAS.

 

El consejero comentó que “con toda precisión, la forma de actuar de este funcionario está muy relacionada a buscar una notoriedad pública, una notoriedad que no ha alcanzado en términos de su desempeñó al frente de la Contraloría Interna”.

 

Subrayó que no es la primera vez que el Consejo General no acompaña las resoluciones que él ha presentado, esto por las múltiples inconsistencias que han detectado en sus proyectos de resolución.

 

Indicó que esta discrepancia “pinta de cuerpo entero a unos y otros en el IFE”. Además, señaló que en dos ocasiones  los consejeros han decidido unánimemente no acompañar lo presentado por Guerrero.

 

Aseguró que el respeto de la libertad de expresión es una garantía que todos en el IFE tienen, pero cada uno se tiene que responsabilizar por cada dicho realizado.

 

Existe el consenso por parte de los consejeros, de que en el IFE se tiene que trabajar en beneficio de la sociedad, independientemente de quién o quiénes nombren a los funcionarios del Instituto, afirmó. Gregorio Guerrero Pozas es un funcionario nombrado desde la Cámara de Diputados.

 

“Debemos seguir trabajando y él deberá seguir trabajando con la institución… en el marco de la autonomía y de respeto a fin de beneficiar al Instituto y a todos los mexicanos”.

 

Por su parte, el consejero Benito Nacif señaló que el valor del edificio de Coapa asciende este año a 306 millones de pesos, 81 millones más de lo que el IFE pagó por él, siendo que el costo fue de 225 millones de pesos antes del IVA.

 

“Es decir, ya se ha amortizado más de 50% de su valor y en los próximos dos o tres años se termina de amortizar 100% de su valor… no veo, por lo tanto, razones para decir que hubo daño patrimonial al IFE”.

 

Sin embargo, el contralor Guerrero Pozas afirmó en entrevista radiofónica con Carmen Aristegui que los consejeros electorales no analizaron todas las irregularidades que contenía el expediente que se les presentó.

 

El auditor interno del Instituto señaló de manera puntual cada una de las irregularidades que los miembros del consejo no revisaron:

 

No se dijo había adeudo de casi cinco millones de pesos de predial y que
los pagó el IFE con recursos públicos; indebidamente, se pagaron 12 millones de pesos de impuestos que no le correspondía pagar al comprador, en este caso el IFE.  El entonces director de Administración firmó anticipadamente  el contrato de compra-venta.

 

Además, la normatividad interna del IFE establece que no se deben comprar inmuebles con antigüedad mayor a 30 años, en el momento de la compra el edificio tenía poco más 32.

 

Guerrero consideró que estas son las faltas más graves que en ningún momento fueron planteadas por los consejeros.