El mundo de las aplicaciones para smartphones se ha convertido en un auténtico negocio. Las cifras que arrojan los diferentes estudios sobre la industria de las aplicaciones móviles -inexistente hace tan sólo diez años- demuestran que es un mercado en auge y, sobre todo, cada vez más competitivo. Los números así lo señalan en un reciente artículo del diario The Wall Street Journal. La industria de las aplicaciones móviles espera ingresar cerca de 25 mil millones de dólaresa lo largo de este año, algo más de 62% de lo recaudado el año anterior. Además, existen alrededor de 800 mil aplicaciones en la tienda de Apple, 700 mil en Google Play y 70 mil en la de Windows. El estudio confirma algo que ya se sabía: las aplicaciones suelen ser más caras en la App Store, y en Google Play podemos encontrar un mayor número de apps gratuitas.

 

Eso sí, también es un mercado impredecible pues cerca de 63% de las aplicaciones que se utilizan actualmente a diario, hace un año ni se conocían. La explicación de esta volatilidad la explican los expertos por las estrategias de negocio cada vez más competitivas y sobre todo por la forma de consumo de los usuarios -cuya capacidad de atención es cada vez más corta-, que sustituyen una aplicación por otra sin pasar mucho tiempo. No se trata de descargar el mayor número de aplicaciones sino de encontrar las que son más útiles.

 

Según una encuesta de Flurry Analytics, un usuario medio usa las aplicaciones de su smartphone durante más de dos horas diarias de media, que supone más del doble del tiempo que invertía hace dos años. Esto nos lleva a pensar que ejecutamos las aplicaciones mientras realizamos otra actividad que no exija mucha concentración. El estudio indica también que el tiempo empleado en ver la televisión o navegar por internet se ha mantenido igual durante los últimos años, y en cambio el tiempo invertido en las apps se ha incrementado de manera notable. Sin embargo, las aplicaciones dedicadas a la categoría de productividad ocupan sólo 2% de nuestro tiempo, mientras que las redes sociales y los juegos nos quitan la mayor parte de nuestra atención. Con cierta ironía, algunos señalan que nuestro tiempo lo pasamos catapultando pájaros y matando monstruitos.

 

Otro dato relevante es que las aplicaciones gratuitas siguen siendo las más descargadas. De momento, la mayor parte de los usuarios no están dispuestos a gastar su dinero en comprar una aplicación, por lo que los desarrolladores están muy interesados en encontrar nuevas maneras para insertar anuncios y publicidad en sus apps. Eso sí, otro estudio realizado por la Universidad de Purdue y Microsoft revela que las aplicaciones gratuitas consumen más batería por la publicidad. Entre 65% y 75% de la energía utilizada se pierde en los módulos de publicidad, principalmente en enviar información al usuario y por la geolocalización. Se descubrió que las aplicaciones que se financian con anuncios activan partes del hardware del teléfono como el GPS o el 3G, y las dejan prendidas una vez han terminado de transmitir los datos.

 

Las aplicaciones que descargamos son un reflejo de nosotros mismos. Nuestra relación con ellas se ha convertido en una dependencia real. Es por ello que nuestras aplicaciones personales representan nuestras necesidades e intereses únicos. Según un estudio de Nokia, 55% de los usuarios aseguran que las aplicaciones suponen realmente una mejora en sus vidas, usándolas en el hogar (33%), en sus viajes (19%) o en el trabajo (13%).

 

Investigadora del Proyecto Internet, Cátedra de Comunicaciones Digitales Estratégicas, Tecnológico de Monterrey, campus Estado de México. Su cuenta de correo electrónico: amaya.arribas@itesm.mx